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Decenas de familias han participado junto al obispo diocesano, D. Ginés García Beltrán y al emérito, D. Joaquín María López de Andújar, en la propuesta vacacional de la Acción Católica de la Diócesis de Getafe y que se ha celebrado durante dos semanas en la Casa Diocesana de Málaga.

 La pandemia del coronavirus ha hecho que para respetar el aforo reducido las vacaciones se celebrarán en dos tandas: una desde el lunes 16 al domingo 22 de agosto, y otra desde el lunes 23 al domingo 29 de agosto.

El prelado, que ha acompañado a los dos grupos de familias, ha destacado que: “en estos encuentros he podido experimentar una Iglesia que es familia, familia porque tenemos un Padre común y porque somos hermanos, y no solo lo sabemos, sino que lo experimentamos y lo gozamos. Sí, aquí venimos a gozar lo que somos, a alegrarnos por lo que Dios no ha dado y nos da cada día”.

Explica Cristina del Río, una de las organizadoras de esta propuesta conocida como ‘el familión’, que los días previos “suelen dar pereza, pero el Señor – cada año más – da el ciento, ¡no, el mil! – por uno”.

A lo largo de la semana hay actividades lúdicas, festivas, veraniegas y también formativas y espirituales para profundizar en la relación con Dios, específicas para cada grupo de edad.

A través de la Adoración y la Eucaristía diaria, el Rosario o los ratos de exposición del Santísimo por la noche –en la que los jóvenes han sido protagonistas- las familias han podido encontrarse personalmente ante el Señor. 

La organización cada año va renovando las iniciativas en ‘el Familión’, como por ejemplo la puesta en marcha del grupo de universitarios.

“Los que hace unos años eran niños, son ahora quienes empiezan a tomar el relevo. Es un don para los padres comprobar cómo eligen su propio camino siguiendo los pasos de Jesús” explica Cristina. 

“Toda esta actividad se realiza con la ayuda y la entrega de los monitores que cierran sus vacaciones con un ritmo frenético de juegos, canciones, oraciones y testimonios… Cuidando de los hijos mientras los matrimonios pueden formarse, crecer, compartir tantos espacios que recargan las pilas para los próximos 11 meses y medio” concluye del Río.