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El Colegio Juan Pablo II (Alcorcón) acogió el pasado sábado 11 de septiembre la convivencia de inicio de curso de la Acción Católica General (ACG) de Getafe, que contó con la presencia del vicario episcopal de Apostolado Seglar, Jaime Bertodano, y en la que participaron 55 adultos y 25 niños, que estuvieron atendidos por un grupo de monitores y acompañados por el P. Juan Luis Valera.

 

La convivencia comenzó con la presentación de la comisión diocesana -órgano directivo de la ACG-, formada por los sacerdotes consiliarios, Javier Bescós y Enrique Roldán; la presidenta de Acción Católica, Merche Gil; el responsable de adultos, Alberto Aranguren; la vocal de acción, Cristina del Río, y la secretaria, Teresa Martínez,

Posteriormente se revisaron las actividades realizadas en el curso anterior: retiro diocesano de Adviento; peregrinación para familias al Valle de los Caídos;  vía crucis para familias; peregrinación desde la Aldehuela al Cerro de los Ángeles; rezo del rosario on line y por último, las dos semanas de vacaciones para familias en Málaga, en las que han participado casi 600 personas acompañadas por el obispo D. Ginés García Beltrán; el obispo emérito D. Joaquín María López de Andújar, y un grupo de 10 sacerdotes cada semana.

 

Respecto al calendario del curso se anunció que se retoman las etapas del camino de Santiago, que se realizarán el fin de semana del 29 al 31 de octubre, y que ya están reservadas las dos semanas de agosto de 2022 para las vacaciones en familia en Málaga.

También se presentó el temario que utilizarán este curso, llamado ‘Pasó haciendo el bien’ y que tratará sobre los milagros de Jesús.

 

Una vez terminada la primera parte de la jornada, se llevó a cabo una mesa redonda, en la que tres personas compartieron su testimonio de su vida de fe en la vida pública.

Luisa González, médico, vicepresidenta del Colegio de médicos de Madrid, esposa y madre de familia numerosa, contó cómo fue desarrollando su vida laboral, recordando que todo el mundo tiene una misión, que “lo primero en nuestra vida es nuestra relación con Dios y que Dios nos quiere santos”. Además insistió en que hay que elegir amar en las cosas cotidianas de la vida y que incluso en las dificultades Dios habla a sus hijos, “por ejemplo ahora a través de la pandemia”.

 

También participó Jaime Fernández-Martos, abogado, esposo y padre, que recomendó centrar la actividad profesional en las personas y no en otros aspectos, y vivir y buscar la verdad de lo que uno hace. Uno de sus santos favoritos es Santo Tomás Moro “porque nos ilumina mucho en la sociedad en la que estamos”.

“No tenemos que hacer nada particular en nuestra vida, sino actuar con integridad donde Dios nos haya puesto y anunciar la alegría del Evangelio” destacó el abogado.

 

Y por último, Elisa Ruíz, ingeniera de minas, profesora en la Universidad Carlos III de Leganés y madre de 5 hijos, explicó cómo decidió decir sí a Dios con una sonrisa, “ya que todo es posible con el Señor”.

“A veces basta con permanecer. San Juan María Vianney decía que si en tu caminar no te golpeas de frente con el diablo es que estás caminando en la misma dirección que él, y es algo que no tenemos que olvidar” recordó añadiendo: “somos hijos de Dios, y no podemos actuar a ratos como hijos de Dios, sino que tenemos que serlo siempre”. Y terminó recordando que “nuestra medida no es la medida del mundo, sino la medida de Cristo”.

 

Después llegó el momento más importante de la jornada con la Eucaristía, presidida por Jaime Bertodano, vicario episcopal del Apostolado Seglar.

En su homilía, Bertodano recordó primero que “tenemos que dar fruto, que no es tener éxito; el éxito del cristiano es la cruz y el éxito de la fecundidad de la cruz”, explicando que el primer mandamiento de la Sagrada Escritura es “sed fecundos” y nos recuerda que la vida del cristiano está para dar fruto, y no según el mundo, sino según Dios.

“Aquí es donde entra la fecundidad de nuestra vida, de nuestro trabajo, y de estar donde el Señor quiere que estemos y ahí es donde nos llama a dar fruto” subrayó el vicario.

“Se nos llama al cuidado del corazón, de la familia, de la comunidad, de la Acción Católica. Si yo estoy bien puedo cuidar, y si no estoy bien pero estoy en la comunidad, me pueden cuidar a mí” continuó.

“Es ahí donde tenemos que enraizarnos, sobre todo cuando vivimos en esta batalla que nos ha tocado vivir, pero que enraizados en el Señor no perdemos la esperanza. Es importante que la comunidad de AC sea ese lugar donde echar raíces” insistió.

Y, después el vicario de Apostolado Seglar señaló que la segunda idea del Evangelio está relacionada con edificar sobre roca, pero para edificar se habla de tres verbos: “el que se acerca a mí, escucha mis palabras y las pone en práctica”.

“Acercarse al Señor, que es dejarse tocar, no vivir la fe en la distancia. Solo cuando nos acercamos a la cruz del Señor, somos capaces de ver que hay una acción de Dios Padre que lo llena todo. Más que nunca estamos necesitados de escuchar la palabra del Señor” remarcó, añadiendo que “poner en práctica es lo que más cuesta, tenemos que luchar en el trabajo, con los hijos, con nuestra vocación, pero contamos con la ayuda de la gracia”.

Para finalizar el encuentro los asistentes compartieron una gran paella que los hermanos de Boadilla del Monte se encargaron de preparar.