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El obispo de Getafe, D. Ginés García Beltrán, acompañó a los feligreses de la Parroquia Nuestra Señora de La Saleta, que el pasado 19 de septiembre se reunieron para celebrar la festividad de su patrona.

D. Ginés aprovechó la oportunidad para presentar al nuevo vicario parroquial, Juan Pablo Flórez, a quien agradeció su disponibilidad al aceptar su encargo pastoral. A esta celebración, además de los parroquianos, acudió un nutrido grupo de religiosas trinitarias y de la Comunidad Stella Maris, que cuentan con una misionera en Cuba que estos días estaba por Alcorcón y a quien se le entregaron medicinas donadas para los hermanos de la isla.

D. Ginés recordó a los feligreses de la Parroquia Nuestra Señora de La Saleta que “el cristianismo no es un adorno, sino que cambia la vida”.

“Dios quiere de nosotros crear al hombre nuevo, y la Virgen es mediadora entre Dios y los hombres, y anuncia en La Saleta este mensaje de conversión, de volvernos al Señor”, afirmó el prelado.

El obispo recordó que para entender el mensaje del Evangelio “hay que dejarse conducir por el Espíritu de Dios y así ser libres y encontrar la felicidad”.

D. Ginés pidió a la comunidad parroquial fijarse en la imagen de Nuestra Señora de La Saleta, que “lleva al pecho el Crucifijo de la Pasión, signo de la entrega del Hijo de Dios, que nos lo entrega para nuestra salvación”.

Antes de dar la bendición final, el obispo quiso tener un gesto especial con las madres de los cinco sacerdotes que le acompañaron en la celebración de la Eucaristía, entre ellos el párroco Álvaro Ojeda.

D. Ginés expresó su deseo de que pronto sean más las madres de sacerdotes, porque “esta parroquia es germen de muchas vocaciones”.

Por su parte, la comunidad parroquial le entregó un póster del Año de la Sinodalidad para que pueda llevarlo de parroquia en parroquia.