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El obispo D. Ginés García Beltrán presidió el martes 28 de septiembre la acogida en la Diócesis de Getafe de la Cruz de las Jornadas Mundiales de la Juventud que San Juan Pablo II regaló a los jóvenes en 1984. Esta imagen -junto al icono de la Virgen que le acompaña- presidirá la próxima JMJ que tendrá lugar en Lisboa en 2023.

 

El prelado se mostró profundamente agradecido y “muy dichoso” por este acontecimiento que congregó a decenas de jóvenes en el Cerro de los Ángeles para rezar unidos y escuchar varios testimonios de fe.

CruzjmjdentroJunto al obispo se encontraban también Mons. Américo Manuel Alves, obispo auxiliar del patriarcado de Lisboa y obispo responsable de la JMJ; Raul Tinajero, director del Secretariado de la Subcomisión de Juventud de la Conferencia Episcopal: el vicario episcopal de Apostolado Seglar de la Diócesis de Getafe, Jaime Bertodano, y el delegado y subdelegado diocesanos de juventud -Juan Gabriel Muñoz y Miguel Luengo, así como otros sacerdotes.

García Beltrán subrayó en la homilía que: “recibir la cruz de San Juan Pablo II, la cruz de las Jornadas Mundiales de la Juventud en nuestra Diócesis, tiene que ser un revulsivo para nuestra fe, algo que revitalice la fe y la haga más operante, siempre identificada con el Señor”.

Pidió a los jóvenes que “sean cireneos que ayuden a los demás a llevar su cruz” porque “la cruz nos da amor y nos invita a amar a Cristo en el rostro de los demás”.

El obispo de Getafe explicó que gracias al amor de Cristo, a su acto de entrega “un símbolo de exterminio puede convertirse en un signo de amor y de salvación”, porque, “la cruz no se puede entender sin mirar al crucificado”.

 

“El idioma del cristiano debe ser el del amor. Frente a la violencia, la división o la fealdad, frente a las cosas que nos dejan el corazón intranquilo, nosotros tenemos el amor de Dios que se manifiesta en Cristo crucificado” insistió el obispo.

 

celebracioncruzwebEn el transcurso de la homilía D. Ginés también hizo referencia a los testimonios escuchados durante la tarde en la explanada del Cerro. 

Uno de ellos, el de Olalla Rodríguez González, responsable nacional de jóvenes de la Renovación Carismática Católica en el Espíritu (RCCE), que presentó la historia y el sentido de la cruz, provocó recuerdos muy emotivos en el prelado diocesano: «yo era diácono cuando se celebró en 1984 la primera Jornada Mundial de la Juventud en Roma».

Rodríguez destacó el significado revolucionario de la cruz: «de un instrumento de sufrimiento, tortura y muerte, Cristo lo ha trasformado en un signo de perdón y de vida». La joven gallega afincada en Alcorcón compartió que “todos experimentamos miedo y sufrimiento en la vida, aunque intentemos evitarlos. Y en ambos, la experiencia de la cruz de Jesús, nos permite ir adelante a pesar de todo, y aprender a amar dejándose amar por un Dios que se ha entregado precisamente en la cruz”. 

Los jóvenes tuvieron también la oportunidad de escuchar a Isabel García Vigil, laica consagrada y anterior subdelegada de Juventud de la Diócesis de Getafe, que compartió su testimonio de cómo la cruz ha acompañado su enfermedad: «no se puede amar sin sufrir y en el sufrimiento se necesita el amor de Cristo».

La JMJ de Lisboa, que se celebrará en agosto de 2023, será la primera que tenga lugar en Portugal y la tercera que albergará la Península Ibérica, tras las de Santiago de Compostela en 1989 y Madrid en 2011.

Inicialmente estaba previsto que hubiera sido este año, pero la pandemia obligó a su aplazamiento hasta 2023.

 

Homilía de D. Ginés Gª Beltrán: https://www.youtube.com/watch?v=qZcIPsCxVOg