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El obispo D. Ginés García Beltrán presidió el pasado 25 de septiembre una eucaristía en el Centro Penitenciario de Valdemoro para celebrar junto a medio centenar de reclusos y a los voluntarios de Pastoral Penitenciaria la fiesta de su patrona, Nuestra Señora de la Merced.

El prelado estuvo acompañado por el delegado de esta área, el sacerdote Pablo Morata y el jesuita José Luis Gómez.

Al principio de la ceremonia, el delegado dio la bienvenida a todos los asistentes con unas palabras de acogida manifestando su deseo de que todos ellos alcanzasen la libertad proximamente.

En su homilía, D. Ginés se mostró sumamente contento de poder celebrar esta fiesta de la patrona de las cárceles por primera vez después de la pandemia del coronavirus, y agradeció esa oportunidad a “todos los que la habían hecho posible”, tanto a los voluntarios, como a la subdirectora de la cárcel, a los jefes de servicio y a los funcionarios “que nos facilitan todo”.

En referencia a la fiesta de la Virgen de la Merced, el obispo invitó a la alegría a todos los internos, dándoles palabras de ánimo, después de los meses de sufrimiento provocados por la enfermedad del coronavirus.

"Esta pandemia ha hecho que pongamos en relieve también el valor de la libertad" añadió D. Ginés, recordando que la crisis del coronavirus ha hecho que las personas se replanteen sus prioridades y hayan aprendido a valorar la libertad interior.

“Estamos celebrando una fiesta, la fiesta de la Madre. En una casa celebrar la fiesta de la Madre es celebrar siempre con gozo” destacó el prelado, invitando a vivir la fiesta con una alegría compartida.

En el momento de la paz el obispo entregó a cada interno un Rosario y una estampa  de la Virgen de la Merced con una oración que podían rezar cada día.

El centro penitenciario de Navalcarnero se sumó también a la celebración de la patrona la Virgen de la Merced con una eucaristía presidida por el vicario general, José María Avendaño.