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El obispo D. Ginés García Beltrán presidió en la tarde del martes 12 de octubre –fiesta de la Virgen del Pilar y 30 aniversario de la Diócesis de Getafe- la ordenación de presbíteros de Alfonso Chico y Fernando Segura, en la Basílica del Sagrado Corazón, en el Cerro de los Ángeles.

El prelado estuvo acompañado por el obispo emérito, D. Joaquín María López de Andújar; los vicarios generales y episcopales; el rector del Seminario, Jesús Parra, formadores, y decenas de sacerdotes y consagrados de la Diócesis, así como los miembros del coro diocesano, centenares de fieles, familiares y amigos de los ordenados.

D. Ginés quiso comenzar su homilía recordando el 30 aniversario de la Diócesis y las gracias recibidas en esos años de existencia: “gracias a Dios por vosotros, pueblo santo de Dios, por la constancia de vuestra fe, por el testimonio de vuestra esperanza, por el ardor de la caridad que el buen Dios ha sembrado en nuestros corazones”. 

 “Un día como hoy, en la nueva Catedral de la Magdalena, comenzaba su ministerio pastoral el primer obispo de esta Diócesis, Mons. Francisco José Pérez y Fernández Golfín. Comenzaba ese día un camino de gracia que ya, y a pesar de su juventud, ha dado muchos frutos de santidad” recordaba el obispo.

 “D. Francisco, con una fuerza espiritual y pastoral admirable, unido a su arrollador carisma, comenzó  el camino de la iglesia diocesana de Getafe en un cada vez más poblado, joven y vital sur de Madrid. Hoy, después de 30 años, hemos de reconocer y agradecer su misión evangelizadora, su cercanía a todos, y su entrega hasta el límite, herencia que recibimos como un don de Dios y que hemos de continuar en el hoy de nuestra historia”, continuó.

También tuvo palabras de cariño para su predecesor, presente en la celebración: “al primer obispo, sucedió Mons. Joaquín Mª López de Andújar, que durante tantos años ha guiado la marcha de esta iglesia, con humildad y entrega”.

Destacando los comienzos del Seminario y su camino “que el Señor bendijo con abundantes vocaciones”  y donde se han formado los ordenandos, Alfonso y Fernando, el prelado les recordó la elección que el Señor ha hecho sobre sus vidas y cómo les llevó hasta el momento de la ordenación: “queridos Fernando y Alfonso, Dios os creó y os eligió para ser lo que desde hoy seréis: sacerdotes. (…) Este misterio del sacerdocio es una verdadera obra de artesanía del amor de Dios que hoy se revela en vuestras personas y en vuestra experiencia”.

Además D. Ginés les recordó esa llamada de todo bautizado a la santidad: “todos estamos llamados a ser santos, pero no todos de la misma manera. La santidad no está por encima, ni es algo distinto a nuestro estado de vida, es decir, que la santidad, vocación primera de vuestro sacerdocio, está en ser santos sacerdotes, en la identificación con Cristo, Cabeza y Pastor de la comunidad, en vivir las virtudes según el corazón de Cristo, buen pastor, en la entrega a nuestro pueblo como Cristo se entregó por nosotros”, insistiéndoles en no descuidar los medios que les harán vivir en santidad.

ordenacionesdosmil21“En este sentido debéis distinguiros por una autoridad que es servicio, entrega total, humilde y amorosa, en obediencia al Padre en la Iglesia a la que habéis sido llamados. Desde aquí adquiere sentido vuestra oración diaria, el anuncio de la Palabra, la celebración de los sacramentos, y el servicio a la comunión y a la caridad” les remarcó.

En referencia a las lecturas, D. Ginés les instó a vivir en fraternidad y en comunión, a ser sacerdotes a imitación de Cristo, subrayando que “este año estamos invitados, de modo particular, a tomar conciencia de la sinodalidad de la Iglesia (…) Nuestro sacerdocio se empobrece, y hasta peligra, cuando nos encerramos en nosotros mismos y nos incapacitamos para la oración común, la escucha, el diálogo, la aceptación del hermano que es diferente a mí. Que vuestro sacerdocio, queridos hijos, esté siempre abierto a la comunión con la Iglesia”.

“La sinodalidad exige escucharnos, dialogar, sentirnos corresponsables en la Iglesia, dar participación verdadera a los laicos en la vida y la acción de la Iglesia, pues como dice S. Bernardo de Claraval ‘praesis ut prosis’ (presides la Iglesia para servirla)” aclaró D. Ginés.

Finalmente, García Beltrán fijando su mirada en la Palabra de Dios les invitó: “queridos Fernando y Alfonso, habéis escuchado en el Evangelio las palabras del Señor que hoy van dirigidas a vosotros de un modo especial: ‘apacienta mis ovejas’”.

“El Señor os encomienda hoy el pastoreo de su pueblo, el pueblo que ha salvado al precio de su propia sangre, es su mejor tesoro, como tiene que ser también el nuestro. Cada uno de los hombres y mujeres que se acercan a nosotros buscan a Dios, aunque no lo sepan muchas veces, y en vosotros tienen que encontrar a Dios” concluyó. Y añadió: “tened siempre cerca de vosotros a los pobres, a los que más necesitan a Dios, a los pobres materiales, pero también a los que viven la pobreza espiritual y moral, que estos hermanos tengan un lugar especial en vuestro corazón”.

Después de la homilía y de poner el futuro de los jóvenes ordenandos y de toda la Diócesis bajo el manto y la protección de la Virgen María que, en la imagen de la Virgen de Éfeso presidió toda la ceremonia, el obispo celebró todos los actos de la ordenación.

La eucaristía estuvo cargada de momentos emocionantes y significativos, entre ellos el abrazo que el prelado otorgó a los dos jóvenes sacerdotes como muestra de paternidad y acogida.

 

Si quieres ver las fotos de la ordenación sigue este enlace: https://www.flickr.com/photos/diocesisgetafe/albums/72157720006373933