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El sacerdote Naim Soshandi fue el protagonista del encuentro de oración que unió el pasado viernes 12 de noviembre a los jóvenes con el obispo en la Catedral, bajo el impulso y la organización de la Delegación diocesana de Juventud y de la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada.

El padre Naim Shoshandy es un joven sacerdote iraquí de rito siro católico que ha sufrido la persecución y la guerra y que ha tenido que sobrevivir en un campo de refugiados. Su fe ha sido su tabla de salvación.

Este sacerdote relató cómo a pesar de los sufrimientos –el asesinato de su hermano mayor, la muerte por cáncer de su padre, la llegada del Isis y la salida de su ciudad Qaraqosh- la oración y el perdón le han acompañado siempre.

Su estancia en el campo de refugiados de Ebril en el kurdistan irakí donde pasó varios años le permitió consolar a sus hermanos cristianos y desarrollar plenamente su labor sacerdotal al servicio de los que sufren.

Su testimonio estuvo acompañado por la presencia de un icono de la Anunciación y de una cruz profanada en Irak  que será la que porten los jóvenes por los distintos arciprestazgos de la Diócesis a modo de ‘cireneos’, que ayudan a Cristo a cargar su cruz y que el obispo entregó, en el transcurso de la celebración, a los jóvenes de los arciprestazgos de Alcorcón y de Móstoles, donde permanecerá un mes.

D. Ginés García Beltrán también dirigió unas palabras a los jóvenes comenzando por el agradecimiento del testimonio del sacerdote irakí y su valentía en la defensa de la fe.

Animó a todos los asistentes a llevar “la cruz en el corazón, en las manos y en los labios” dando así testimonio de ese amor de Cristo para que “la cruz de  Cristo sea nuestro signo”.

El delegado de Juventud, Juan Gabriel Muñoz, ha explicado que “a partir de ese encuentro del día 12, la cruz va a peregrinar por los distintos arciprestazgos de la Diócesis para que todos los fieles tengan oportunidad de rezar por los cristianos que sufren persecución y muerte en algunos territorios del mundo”.

 

Señala Muñoz  que “la idea es que en cada encuentro de oración con el obispo jóvenes de dos arciprestazgos reciban la cruz y la custodien en sus arciprestazgos disponiendo de ella para sus grupos juveniles, reuniones arciprestales u otras actividades, aprovechando la ocasión”.

 

“En la siguiente OCEO llevarán la cruz al lugar del encuentro –la Vigilia de la Inmaculada- para entregársela a los jóvenes de los siguientes arciprestazgos, como un signo de comunión de la Iglesia en este año de la Sinodalidad” destaca y añade: “junto a la cruz recibirán también un material para explicar su significado y procedencia”.

 

La distribución de arciprestazgos sería la siguiente:

El 12 de noviembre recibieron la cruz los jóvenes de Alcorcón y Móstoles

El 7 de diciembre la recibirán los de Fuenlabrada y Leganés.

El 14 de enero, los de Valdemoro y Parla

El 11 de febrero, los de Villaviciosa de Odón y San Martín de Valdeiglesias

El 8 de abril, los de Griñón y Navalcarnero

El 13 de mayo, los de Chinchón y Aranjuez

El 24 de junio, Getafe.