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La Capilla del Hospitalillo de San José (Getafe) acogió el pasado viernes 25 de febrero una Vigilia diocesana de oración contra la trata. Un encuentro para mirar desde la fe el terrible fenómeno de la trata de seres humanos, presidido por el delegado diocesano de Migraciones, Fernando Redondo.

Redondo estuvo acompañado por varias religiosas de la familia oblata y de Villa Teresita que trabajan en el rescate de mujeres víctimas de la trata; por religiosas de otras congregaciones de Getafe y Fuenlabrada,  colaboradores y voluntarios de la Delegación.

En el transcurso de la vigilia los asistentes pusieron el foco  en tres momentos importantes:

El primero hacia el perdón, mirando a los que generan víctimas, implorando el perdón para ellos; el segundo, de sanación, en el que tuvieron presentes especialmente a las víctimas que necesitan ser curadas y el tercero, de intercesión, en el que buscaron abrirse a esta realidad, sin minimizarla ni mirar a otra parte.

Todo ello intercalando la escucha de la palabra, el silencio meditativo y la oración compartida.

Ante el altar se encontraba una preciosa imagen de santa Josefina Bakhita, obra de Liliana Coronado, que sirvió para recordar la fuerza de su testimonio y la eficacia de su intercesión,  y que proporcionó el texto con los signos que dieron cuerpo a la vigilia.

Isabel, una de las religiosas oblatas participantes, leyó el significado de la imagen de la santa y de los símbolos que la acompañaban a destacando que “ella inspira la lucha por la libertad de todo cautivo. Con las cadenas rotas nos recuerda que muchas personas las tienen entre sus manos y en sus corazones. Invita a liberarnos de nuestras cadenas de indiferencia, de prejuicios, y de toda aquella cadena que ate el vuelo, cadena de destierro y de dolor”.

vigiliatratadosweb“La autora del cuadro al plasmar el lienzo nos presenta a Santa Bakhita como testigo de libertad, de humanidad, de luz, de caridad, de paz, de alegría. Testigo del perdón y de la misericordia de Dios” subrayó.

La religiosa oblata prosiguió con la lectura de la explicación conduciendo a los asistentes a través del corazón de la santa: “a pesar de haber llorado tanto en su vida. Dios guardó cada una de sus lágrimas en el odre de su corazón, ellas eran valiosas a sus ojos. La colmó de una dulzura humana divina que revelaba la calidez africana, la nobleza y sencillez de su gente, un corazón también africano, universal y libre. Por ello lo lleva en el centro de su pecho y con su mano acaricia su amada Tierra Sagrada”.

“Bakhita camina con todos lo que sienten añoranza de la libertad, voces que gritan en los desiertos del desamor, para transformarlos en manantiales. Ella nos inspira que para liberar tenemos que ser libres. Abrazar la libertad, abrazar los corazones afligidos, comprender el sentido de la belleza del camino, porque cuando soy libre suscitaré la libertad del otro. La libertad siempre es generosa” concluyó.