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Casi doscientas personas han acudido a la peregrinación diocesana por la Vida celebrada el pasado sábado 9 de abril en Cubas de la Sagra. Juntos y presididos por el obispo de Getafe, D. Ginés García Beltrán, han rezado especialmente por los niños no nacidos, por sus familias y para que el Señor transforme la cultura de la muerte, en cultura de vida.

Junto al prelado han asistido también el vicario general y moderador de Curia, Javier Mairata; el vicario episcopal para el Apostolado Seglar, Jaime Bertodano; el delegado de Familia y Vida, Álvaro Ojeda, y varios sacerdotes vinculados a la pastoral familiar, para elevar unidos una oración al Señor, pidiendo por cada vida, desde el inicio hasta su final.

El rezo del santo Rosario les llevó de las manos de la Virgen María, hasta el Monasterio de Santa María de la Cruz. En cada ‘Ave María’, como recordó el obispo en la homilía, desgranaron “desde el corazón de la Virgen santísima, los misterios de la vida de Cristo que comenzamos a celebrar de manera especial el Domingo de Ramos”.

Antes de empezar la misa, los asistentes escribieron en un papel los nombres de estos niños no nacidos "de los que Dios ha pensado desde toda la eternidad" y por los que rezarán las hermanas Clarisas durante todo el año, “por cada una de sus almas y por el consuelo de sus familias”. 

Para que la oración sea recordada por cada familia, al finalizar la eucaristía se hizo una pequeña procesión con una vela que después los participantes se llevaron a sus propias casas, para mantener el alma viva de estos niños. 

D. Ginés subrayó la importancia de  “amar la vida que Dios nos ha regalado y que nos invita a cuidar a cada momento”, haciendo una llamada especial a “cuidar la vida eterna que Cristo nos trae por su muerte y Resurrección”.