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El obispo D. Ginés García Beltrán presidió el pasado sábado 16 de abril la solemne vigilia pascual en la Catedral Santa María Magdalena en la que diez catecúmenos recibieron los sacramentos de la Iniciación Cristiana y una sesentena de neocatecumenales celebraron el último paso de su itinerario de formación, renovando su Bautismo.

El prelado estuvo acompañado del clero parroquial y del rector y formadores del Seminario Mayor así como de un nutrido grupo de fieles llegados desde distintos puntos de la Diócesis.

D. Ginés en su homilía les invitó a renovar su fe y llevar al mundo la buena nueva de la resurrección de Cristo “Jesús resucitado vive en medio de nosotros (…) y sostiene la vida y la misión de la Iglesia en cualquier lugar”.

“Jesus resucitado nos llama a leer nuestra historia desde los acontecimientos de la pascua” destacó D. Ginés, añadiendo “del testimonio de aquellas mujeres y de los once brotó la aventura de la evangelización que llega hasta nosotros”.

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“Sintamos la alegría de ser cristianos. Y tengamos la valentía de llevar esta alegría y esta luz a todos los lugares de nuestra vida. Este tesoro no es solo para nosotros, es para compartirla” continuó.

García Beltrán también quiso dirigirse a los diez catecúmenos que iban a recibir los sacramentos de la Iniciación Cristiana animándoles a perseverar en la fe:  “vais a ser bautizados, vais a recibir la novedad del Bautismo. En vosotros vamos a recordar que el Bautismo es una novedad, es una nueva vida. Nuestra vida pertenece a Cristo ya no nos pertenece a nosotros mismos”.

El Bautismo nos recuerda que la vida no es una posesión sino un don y que nos ayuda a entender que nunca estoy solo, tampoco en el sufrimiento o muerte” les recordó.

“No habéis llegado esta noche por casualidad. Habéis llegado hasta aquí por caminos diferentes y desde lugares distintos y con experiencias diferentes. Pero todos habéis sido elegidos desde antes de la creación del mundo y ahora se manifiesta en vuestra vida la gloria de Dios”.

“La Iglesia os recibe con gran alegría. Entrad a formar parte de nuestra familia, la familia de los hijos de Dios” subrayó.

A los miembros del Camino Neocatecumenal de Getafe, Alcorcón y San Martín de Valdeiglesias, también quiso dirigirles unas palabras destacando la importancia del paso final que estaban realizando: “hoy termináis el camino que venís recorriendo desde hace muchos años con la renovación de vuestro Bautismo. Un día escuchasteis el kerigma que anuncia a Jesucristo muerto y resucitado e iniciasteis un verdadero camino de conversión iluminados por la palabra de Dios y la Eucaristía en el seno de la Iglesia. Ahora en el momento de renovar vuestra fe; os pido que perseveréis en una vida cristiana auténtica y que seáis testigos de Dios en la Iglesia, comenzando por vuestras familias y en el mundo”.

Después de la homilía tuvo lugar la celebración del sacramento del Bautismo en el que diez catecúmenos acompañados de sus padrinos entraron a formar parte del pueblo de los hijos de Dios y ya, como neófitos, recibieron el Espíritu Santo  “para que les fortalezca con la abundancia de sus dones, los consagre con su unción espiritual y haga de ellos imagen perfecta de Jesucristo”.

La vigilia continuó con la renovación de las promesas bautismales por parte de todos los fieles, la liturgia eucarística -en la que los neófitos recibieron su primera Comunión- y la bendición final.