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La parroquia Virgen del Carmen (Móstoles) acogió el pasado 28 de abril una eucaristía por las víctimas de accidentes laborales y conmemorativa del 1 de mayo, festividad de San José Obrero, presidida por el vicario general de la Diócesis, José María Avendaño.

El vicario general estuvo acompañado por el consiliario de Pastoral Obrera, Víctor Pidal; el de la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC), Lorenzo Blasco; el clero parroquial, Fernando Gallego y Luis Alberto Jiménez, y el diacono Daniel Navarro.

También asistieron el delegado diocesano de Pastoral Obrera, Rubén Mateos; la presidenta diocesana de la HOAC, Gema Martín; el delegado diocesano de Apostolado Seglar, José Fernandez Crespo, y diferentes miembros de CONFER, de los Equipos de Pastoral Obrera de San Eladio, militantes de la HOAC, de Hermandades del trabajo y de la comunidad parroquial de Virgen del Carmen.

La celebración se inició con una monición de entrada, leída por María del Carmen Díaz, portavoz de la plataforma Iglesia por el Trabajo Decente de Getafe, organizadora del encuentro, en la que señalaba la importancia del acontecimiento que se celebraba “celebramos en esta Eucaristía dos fechas importantes para el mundo obrero, el 28 de abril, Día mundial de la Seguridad y la Salud en el trabajo, y el 1º de Mayo, Día Internacional del Trabajo y festividad de San José Obrero”.

“El Papa Francisco insiste en la necesidad de un trabajo decente y en que hay que acabar con las muertes en el trabajo (…) Cada año se producen en España más de un millón de accidentes laborales y un elevado número de bajas por enfermedades profesionales. En la Comunidad de Madrid en el pasado año se registraron más de 86.500 accidentes laborales y 79 trabajadores fallecidos en esos accidentes” subrayó.

“El Magisterio Social de la Iglesia enuncia entre los derechos de los trabajadores “el derecho a ambientes de trabajo y a procesos productivos que no comporten perjuicio a la salud física de los trabajadores y no dañen su integridad moral”.

“Traemos a esta Eucaristía la vida de tantos trabajadores, mujeres y hombres, que a lo largo de la historia han luchado y siguen haciéndolo para que el trabajo sea para la vida, fundado en unas condiciones laborales dignas, que provengan de una negociación colectiva y que promuevan  el bien común. Así, el trabajo será verdadera y esencialmente humano” concluyó la portavoz.

En esta misma línea de defensa de los trabajadores y de sus derechos y destacando el ejemplo de san José Obrero, santo patrono de los trabajadores, Avendaño quiso hacer en su homilía una llamada a seguir su ejemplo de entrega y también a toda la Diócesis a dignificar el trabajo.

“Pido a la Diócesis que haga todo lo posible por dignificar el trabajo y la vida de tantos hombres y mujeres que trabajan en condiciones precarias y sin dignidad” subrayó el vicario general.

Al finalizar la celebración se entregó a los asistentes el comunicado realizado por la Iglesia por el Trabajo Decente a nivel nacional.