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Más de un centenar de sacerdotes participaron junto al obispo D. Ginés García Beltrán en la celebración de la fiesta de San Juan de Ávila que tuvo lugar en la Parroquia Santa Maravillas de Jesús el pasado viernes 13 de mayo.

La celebración del santo patrono del clero español comenzó con una concurrida eucaristía presidida por el prelado y concelebrada por los vicarios generales y episcopales de la Diócesis, el canciller y el vicecanciller.

D. Ginés en su homilía comenzó expresando su alegría por poder celebrar ese día junto a sus presbíteros invitándoles a mantener su fidelidad a Cristo y siguiendo su ejemplo “ser sal y luz en medio del mundo y de todas sus oscuridades”.

“Nosotros no podremos ser luz ante el mundo si no tenemos en nosotros la luz de Cristo, si no reflejamos la luz de Cristo” subrayó.

García Beltrán recordó algunas experiencias que ha ido viviendo a lo largo de este año en sus visitas pastorales a las distintas parroquias de Leganés y cómo el testimonio de fe de los fieles le ha ayudado en su ministerio y a querer aún más a su pueblo.

El obispo continuó recordando el año de la sinodalidad que está viviendo la Iglesia, su significado y la importancia de caminar juntos y sobre todo de “vivir la comunión sacerdotal”, alejándose de simpatías o antipatías personales.

“Nosotros trabajamos paordenados2016ra la gloria de Dios y con que Dios sea glorificado nuestro ministerio ha tenido sentido, y con que tú hayas sido luz para una persona, nuestro ministerio ha tenido sentido” insistió D. Ginés a los sacerdotes.

Después de la misa los asistentes pudieron  escuchar una breve intervención del P. Mateo Bautista García, religioso Camilo licenciado en Teología Moral, en Teología Espiritual y Doctor en Teología Pastoral Sanitaria, quien les habló sobre el itinerario de acompañamiento al duelo. 

El P. Bautista explicó cómo son y qué labor desarrollan los grupos Resurrección, presentes desde hace más de 25 años en una docena de países de todo el mundo y cómo pueden contribuir a la gestión del duelo ante la pérdida de un ser querido.

El encuentro sacerdotal terminó con un ágape fraternal en el que los asistentes pudieron dialogar y compartir impresiones sobre todo lo escuchado esa mañana.