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El sacerdote diocesano Paul Schneider, misionero desde 2017 en Etiopía, cuenta su experiencia de vida y misión en aquella tierra, y relata en una carta a los diocesanos de Getafe los últimos regalos del Señor a lo más pobres entre los pobres. Con los donativos llegados desde distintas personas y entidades ha conseguido hacer dos pozos y retejar con aluminio varias casas de su poblado.

Los pozos están situados en los terrenos de las escuelas públicas de Kirara y de Odaa Jaro, en el Kebele de Rabsu. Uno de ellos tiene 65 metros de profundidad, y el otro llega a 75 metros.

“No lo dudéis: con vuestra generosidad habéis contribuido a la salud, a la alegría, al bienestar, y a la mejor alfabetización de muchos niños y niñas en mi zona, (…) ya que los pozos no solo benefician a las familias y a los ganados sino directamente a los niños” subraya Paul.

En su misiva muestra en todo momento un corazón valiente y una actitud de servicio fiel a la voluntad de Dios y pide oraciones ante una situación de guerra en Tigray, que ya ha ocasionado medio millón de muertos y que puede extenderse a todo el país provocando mayor pobreza, muerte, enfermedad y hambre.

El sacerdote diocesano destaca la importancia de la oración por la paz, que solicita a todo el que lea la carta, para poner fin a la destrucción del país que está ocasionando la guerra: “pidamos por la paz. La paz no es una paloma en vuelo, ni un silencio tranquilo, ni una palabra bonita. La paz es la vida, es poder comer y desplazarte, es la comunicación, el progreso, el crecimiento tuyo y de los otros, el conocimiento y la pasión de vivir y ayudar”.

Schneider invita a todos los diocesanos a la lectura de la Biblia, a conocer las vidas de santos, las obras del filósofo vienés Viktor Frankl y del escritor ruso  Aleksandr Solzhenitsyn, cuyos libros dejaron una honda impresión en su alma, para poder entender y afrontar desde la fe la situación de guerra y la miseria que el conflicto está provocando en la población etíope.

“Para que la oración que hacemos por la paz sea sentida y con propósito, ayuda mucho adentrarse en la Biblia y conocer las vidas de los santos, personas que creían en Dios y que vivieron también tiempos de hambres, guerras y epidemias. La oración les transformó, y les hizo guías, padres y madres de muchos otros” aconseja Paul ante la posibilidad de una guerra civil en todo el país.

 

 

 

“Lagarba, Etiopía, 24 de mayo de 2022. Día de María Auxiliadora 

 

Queridos amigos: mi gente y yo estamos bien, y los trabajos en la misión siguen adelante. Como sabéis, mi principal misión es estar con ellos, acompañarles, vivir aquí. Mi espíritu está firme, y procuro estar a la escucha de lo que Dios me mande. Él, que me pidió consagrarme cuando tenía 17 años, me ha traído a este lugar. Todos los días pido por vosotros, y le pido al Espíritu Santo que venga, que se haga presente con más fuerza, que venza toda ansiedad y desesperanza. 

 

La guerra de Tigray, en el norte de Etiopía, no ha terminado. Hace dieciocho meses que empezó, y ya no es noticia. Sin embargo, continúan las vejaciones, el derramamiento de sangre, la carestía. El pueblo de Tigray no se rinde, está decidido a elegir entre la victoria y la muerte. Aunque no se puede saber con certeza, por el bloqueo terrestre y de información, algunos expertos estiman que el número de muertos asciende a medio millón, si se suman los muertos en conflicto, los muertos por la hambruna provocada, y los muertos a causa de privación de medicamentos, disgregación familiar, y otras causas. Os pido una vez más que oréis por la paz en Tigray y en Etiopía. 

 

En nuestra zona, y en todo el estado de Oromia, el gobierno está haciendo nuevas redadas para reclutar a los jóvenes en edad militar. Hay rumores de que otras regiones y grupos políticos se podrían levantar contra el gobierno actual, lo que llevaría a una guerra civil en todo el país. Todos los productos se están encareciendo, empezando por los alimentos. A veces hemos estado varios días con las gasolineras sin suministro de diésel o gasolina, o se vendía racionado. Pidamos por la paz. La paz no es una paloma en vuelo, ni un silencio tranquilo, ni una palabra bonita. La paz es la vida, es poder comer y desplazarte, es la comunicación, el progreso, el crecimiento tuyo y de los otros, el conocimiento y la pasión de vivir y ayudar. 

 

La guerra destruye personas, familias y sueños, y fabrica traumas y horrores. Para que la oración que hacemos por la paz sea sentida y con propósito, ayuda mucho adentrarse en la Biblia y conocer las vidas de los Santos, personas que creían en Dios y que vivieron también tiempos de hambres, guerras y epidemias. La oración les transformó, y les hizo guías, padres y madres de muchos otros. Y, aunque no sean "santos", os recomiendo leer a Viktor Frankl y a Aleksandr Solzhenitsyn, cuyos libros dejaron una honda impresión en mi alma. Ellos vivieron experiencias extremas de sufrimiento, e interpretaron lo vivido con gran profundidad psicológica y espiritual. 

 

En cuanto al proyecto del pozo en Rabsu, detrás del que llevo 2 años, tengo una gran noticia. Fuisteis tan generosos y colaborasteis tanto, que hemos podido hacer ¡dos pozos en lugar de uno! Los sitios elegidos han sido los terrenos de las escuelas públicas de Kirara y Odaa Jaro, en el Kebele de Rabsu. Sólo falta la inauguración, por un aspecto técnico, pero no quería que pasara más tiempo sin compartir esta noticia y enseñaros fotos. Un pozo tiene 65 metros de profundidad, y el otro llega a 75. El agua hallada en el subsuelo es más que suficiente. La gente está que rabia de contenta, y su agradecimiento se hace notar. Particularmente, el haber podido hacer el pozo en Odaa Jaro es algo impresionante, porque el acceso de la maquinaria (el compresor y la perforadora) fue posible precisamente porque hicimos la carretera hasta allí como punto final, y la carretera como sabéis la inauguramos hace apenas 3 meses. También en Kirara las muestras de afecto y admiración se hacen sentir. Además, por haber hecho los pozos en el terreno de escuelas de primaria, el agua beneficia no sólo a las familias y ganados de la zona, sino especial y directamente a los niños. Muchos niños pasaban la jornada escolar con sed, si se olvidaban la botella en casa, y otros perdían clase muchos días (sobre todo las niñas) por tener que ir a por agua con grandes garrafones y hacer cola y echar horas en ello. No lo dudéis: con vuestra generosidad habéis contribuido a la salud, a la alegría, al bienestar, y a la mejor alfabetización de muchos niños y niñas en mi zona. Quiero dar las gracias en especial a Rafael Burgos, amigo mío y vecino de Villanueva, que me animó a este proyecto, que tiene estrecha relación con la ONG Pozos sin Fronteras, en Málaga, que abrió una cuenta específica para este fin, atendió a los donantes, promocionó esta causa entre sus propios familiares y amigos y los míos, y ha tenido una enorme paciencia por lo mucho que se fue retrasando la ejecución. Todo ha llegado a feliz término y también os doy las gracias por vuestra paciencia. 

 

Respecto a las casas de tejado de aluminio, y para que os suenen sus nombres, en el último mes hemos podido hacer las casas de Usma Huseen, Anbesaw Fikre, Endashaw Getachew, y Tatek Neguse. Además de donantes privados, quiero dar las gracias de un modo especial a un instituto de Albacete, el IES Federico García Lorca, que ha colaborado recientemente con varias iniciativas para apoyar la construcción de varias casas de este tipo. El tiempo pasa, y día a día vamos construyendo nuestra vida. Hay opciones, gente que nos ama y apoya, multitud de elementos que nosotros no hemos fabricado. Todo es un regalo, nosotros aceptamos, decimos que sí, respondemos como mejor sabemos. Los signos, los mensajes, los amigos, son todo una provocación a modificar nuestra vida y acoger la novedad. Un día, en el Cielo, veremos cómo funcionaba la ley de atracción, cómo el Dios invisible se servía misteriosamente de todo para atraernos hacia Él. Un abrazo muy grande, Dios os bendiga. 

 

Vuestro, P. Paul Schneider”.