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El sacerdote diocesano Antonio Puente Álvarez falleció el pasado viernes 8 de julio, a la edad de 79 años, víctima del coronavirus.

Natural de Benavides de Orbigo (León) fue ordenado sacerdote en el año 1966 en Astorga e incardinado en la Diócesis de Getafe en 1991.

Antes de llegar a la Diócesis de Getafe fue profesor de Disciplina en la Casa de los PP. Palotinos de Carranza (1966-1970); coadjutor de la Parroquia San Esteban, en Ciaño de Langreo (1970-1972 y  1975-1978); coadjutor en Veguellina de Órbigo (1972-1974) y cura regente en la Parroquia de Tuilla (Langreo 1978-1983).

Su espíritu misionero le llevó hasta Alemania donde también ejerció como coadjutor desde 1974  a 1975.

En el año 1983 llegó al municipio de Móstoles y ejerció como vicario parroquial en Divino Pastor hasta el año 1992. Fue párroco en Nuestra Señora de Fátima, en Fuenlabrada (1992-1994);  párroco en San Miguel Arcángel, en Villamantilla, desde 1994, administrador de la Parroquia Inmaculada Concepción de Nuestra Señora, de Villanueva de Perales (1994-2002) y miembro del Consejo Presbiteral de Getafe (1996-2001).

Los sacerdotes que le conocieron manifiestan que era muy trabajador, que ejerció su ministerio con honradez, amor y fidelidad a la doctrina de Cristo siguiendo el ejemplo del buen samaritano al servicio de la comunidad parroquial que el Obispo le encomendara en cada momento; como el Buen Pastor, conocía a los feligreses por su nombre.

Llevaba siempre en su corazón a los más necesitados, a los alejados, a los pobres, a los descartados por la sociedad, por los que siempre sintió predilección, dedicándose con entrega también a los enfermos.

De carácter profundamente mariano era muy devoto de la Virgen de la Poveda, patrona de Villa del Prado, a cuyas fiestas acudía.