Más de 50 niños y adolescentes de entre los 7 y 14 años, junto 18 monitores y catequistas, disfrutaron del campamento ‘Bienaventurados los que buscan el amor’, celebrado desde el 5 al 10 de julio en la Parroquia Nuestra Señora de La Saleta, en Alcorcón, para descubrir el sentido de las Bienaventuranzas a través de las historias de sus superhéroes favoritos.
Cada jornada comenzaba con la celebración de la Eucaristía y una introducción a las Bienaventuranzas por parte del párroco, Álvaro Ojeda, y del vicario parroquial, Juan Pablo Flórez, responsable del campamento y los monitores eran los encargados de representar la relación entre algunos superhéroes y la Bienaventuranza del día.
Durante la mañana, divididos en dos grupos de pequeños y mayores (pollos y pavos), realizaban juegos y distintos talleres: desde manualidades cómo crear un escenario, pasando por el taller de oración en el que utilizaban el GPS (gracias, perdón y socorro) que servía para ir introduciéndoles en la presencia del Señor.
Después de la comida se organizaban distintas actividades creativas y para los más mayores se reservaba un rato de película relacionada con la Bienaventuranza del día.
Al final de la jornada uno de los monitores se disfrazaba de superhéroe para presentar la bienaventuranza y al catequista que daba testimonio de su encuentro con el Señor en relación con ella.
En mitad del campamento también pudieron realizar una excursión al Monasterio del Paular y celebrar allí la Eucaristía para después disfrutar de una jornada recreativa en las piscinas naturales cercanas al monasterio con tiempo de juegos, baño con los más mayores y pequeños, y por último, el testimonio de uno de los catequistas antes de regresar a Alcorcón.
El último día del campamento, domingo 10 de julio, recibieron la visita del vicario general y moderador de Curia, Javier Mairata, con el que celebraron la Misa de las familias junto a los padres y hermanos de los acampados.
El campamento terminó con un encuentro con los padres en el salón de actos donde se les presentaron las actividades que habían realizado sus hijos, se repartieron los premios por los distintos talleres y una de las acampadas realizó una actuación especial que puso el broche de oro a las jornadas.
