ordenados2016

Agosto trajo consigo el fallecimiento de dos sacerdotes que desarrollaron parte de su labor pastoral en la Diócesis y que dejaron una profunda huella. 

El primero en ser llamado a la casa del Padre fue José Ramos, fallecido a los 71 años el pasado 15 de agosto. Este salmantino, nacido en Peñaranda de Bracamonte, ejerció la mayor parte de su sacerdocio en Aranjuez, a donde llegó como párroco en los años setenta a la Parroquia San Pascual. 

Arcipreste de Aranjuez y capellán en el Convento de San Pascual y del Palacio Real de esa localidad, fundó en 1980 el albergue de transeúntes San Vicente de Paúl, con ayuda de varios voluntarios y el respaldo del Ayuntamiento.

También asumió las capellanías de la Policía Local, la Policía Nacional y de la Plaza de Toros, donde impulsó la rehabilitación de la capilla del coso taurino.

Tareas pastorales y eclesiásticas que José Ramos Domingo, doctor en Teología y Periodismo por la Universidad Pontificia de Salamanca (UPSA), simultaneó con la docencia. 

Impartió clases de música, literatura y religión en el IES Doménico Scarlatti y en la UPSA fue profesor de la Facultad de Teología y coordinador de la sección ‘Arte y belleza’ de la misma y encargado de Cátedra de la Facultad de Comunicación.

Su última actividad académica se centró en la Universidad de la Experiencia de la universidad salmantina, con clases y actividades multitudinarias que compaginaban las lecciones teóricas con viajes didácticos. 

Uno de estos últimos se desarrolló en Aranjuez, incluyendo una excursión para más de medio centenar de personas con visitas guiadas al Palacio Real, Casco Antiguo y Jardines, en colaboración con el Ayuntamiento y la Delegación de Patrimonio Nacional en el Real Sitio.

Asimismo, José Ramos Domingo fue Secretario General de la Fundación de Las Edades del Hombre y autor de numerosos libros y ensayos, entre los que destacan títulos como ‘Retórica-Sermón-Imagen’, ‘Juan Sebastián Bach: Las Cantatas’, ‘Hacia una Europa Multicultual: el reto de las migraciones’ y ‘El pincel y la Palabra’.

 

'Chus' Villarroel, un predicador incansable 

El 31 de agosto falleció Jesús Villarroel, sacerdote dominico que fuera párroco de la Parroquia San Martín de Porres, durante una década, en Móstoles. 

‘Chus’ como era conocido, fue todo un referente para el movimiento Renovación Carismática Católica, al que estaba vinculado desde hace más de 30 años. 

Viajó por todo el mundo predicando la gratuidad de Dios y atendió a miles de personas en su caminar espiritual.

Nació en Tejerina (León) en 1935. Ingresó en el noviciado de los Dominicos de Ocaña. Realizó los estudios de Filosofía en Ávila y de Teología en Alemania y Suiza. Terminó su formación con el doctorado de Filosofía en la Universidad de Santo Tomas en Roma. Se dedicó largos años al profesorado en los Institutos de Filosofía y Teología de los Dominicos de Madrid y algunos cursos en la Universidad Pontificia de Salamanca.

Trabajó con intensidad en la Renovación Carismática Católica, sobre todo en la predicación y durante ocho años en la coordinadora nacional. 

Se ocupó igualmente de otras labores pastorales en la Parroquia de Nuestra Señora del Rosario en la calle de Conde de Peñalver (Madrid), donde fue párroco durante diez años, en la Parroquia San Martín de Porres de Móstoles (Madrid) donde fue vicario parroquial y en la Parroquia de Jesús Obrero en el barrio de San Blas (Madrid).