ordenados2016

El sacerdote diocesano Orlando Mateos acaba de regresar de Estados Unidos donde ha vivido durante el verano una experiencia misionera en la Parroquia Santa Ana, en Nueva York.

Allí fue acogido por el párroco, el P. Stan y por sus vicario parroquiales, el P. Milciades y el P. John Jairo, y pudo conocer la realidad de esta comunidad estadounidense y su forma de vivir la fe, así como la diversidad de grupos y ministerios.

Mateos a su vez impartió en esta parroquia cursos básicos de Sagrada Escritura e Historia de la Iglesia para la comunidad hispana. 

“Han sido días de compartir con ellos la vida litúrgica y de comunidad de fe, sus tradiciones, aprendiendo más sobre el Señor y cómo camina entre las diversas realidades de su pueblo universal, y cómo por el poder de su amor, los creyentes en sus diversas realidades sociales hacen presente al Señor” cuenta el sacerdote.

Explica el nuevo párroco de Nuestra Señora de la Asunción (Parla) que desde los 19 años ha sentido una llamada “a conocer y compartir, no tanto la vida misional, sino más bien la pluralidad de la vida en la Iglesia universal” lo cual le llevó a Brasil, Chile y Perú, donde vivió nuevas experiencias y formas de vivir la fe, “mucho después llegarían otros destinos en lo que llamamos terreno de Misión Ad gentes, Honduras, Perú, Bolivia, India y Etiopía”. 

“Todo fiel capaz, debe prepararse para servir alguna vez en su vida en una misión. El servicio misional es ante todo un deber del sacerdocio, una obligación en respuesta al amor de Dios que el Señor espera de nosotros del que hemos de dar testimonio ante los demás, a nosotros a quienes se nos ha dado tanto y que en definitiva se constituye en un gozo inmenso para quien ve cumplido en sí mismo la palabra del Señor, ‘el que por mí deja casa, hermanos o hermanas, padre o madre, mujer, hijos o tierras, recibirá cien veces más’(Mt 19, 23-30)” añade Orlando.

“Es una experiencia altamente recomendable a todos, que sirve además para aprender mucho en todos los aspectos humanos y darnos cuenta de a qué pueblo pertenecemos, al ‘Nuevo Pueblo de Israel’, la Iglesia de Cristo, la Iglesia católica” concluye.