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El sociólogo de Cáritas Española Thomas Ubrich  fue el encargado de pronunciar la ponencia sobre ‘La pobreza en la Comunidad de Madrid’ el pasado lunes 7 de noviembre en la Parroquia San Esteban Protomártir (Fuenlabrada) invitado por Cáritas diocesana de Getafe en el marco de las actividades organizadas con motivo de la celebración de la Jornada Mundial de los Pobres que la Iglesia celebra el domingo 13 de noviembre.

El encuentro contó también con la presencia del obispo de Getafe, D. Ginés García Beltrán; el vicario episcopal para la pastoral caritativa y social, Aurelio Carrasquilla; el Delegado de Pastoral Obrera, Rubén Mateos; el subdirector de Cáritas para el desarrollo de las personas, Julio Sánchez, y la secretaria de Cáritas, Teresa Herrero, entre otros.

 

Ver vídeo completo : https://www.youtube.com/watch?v=l6ZQYpb9sfo

 

Ubrich, que también es miembro de la Fundación FOESSA, fue desgranando a lo largo de su intervención algunos datos extraídos de un exhaustivo análisis de la situación de familias antes y después de la pandemia, para constatar cómo se ha agravado la situación de crisis y de pobreza en la Comunidad de Madrid.

“La exclusión social abarca no sólo la falta de recursos económicos, sino a otras variables como el empleo, la salud, el acceso a la vivienda, la educación  o la falta de relaciones, entre otras cuestiones” señaló el sociólogo.

Explicó que en el año 2018 había 8,5 millones de personas en situación de exclusión social y de ellos 4 millones se encontraban en situación de pobreza severa, añadiendo que “con la pandemia se han sumado 2,5 millones de personas más en exclusión social”.

“Pero lo más preocupante es que han aumentado los problemas graves de manera permanente que conducen a la exclusión severa, llegando a cronificarse” añadió.

“Madrid ha sido la Comunidad más afectada por la crisis, se ha reducido la integración y se ha disparado la exclusión severa, pasando de 100.000 a 275.000 personas que forman parte de esa ‘sociedad expulsada’” añadió.

En cuanto a los ingresos de las familias constató que “cada vez hay que dedicar un porcentaje más alto de los ingresos a los bienes esenciales, un 80% o más, por lo que los que menos tienen se ven más desbordados por la crisis”.

“Uno de cada tres hogares en Madrid se queda muy lejos del presupuesto para unas condiciones de vida dignas” subrayó”, lo cual significa “que se recorta de otras partidas necesarias, retrasando comprar productos como gafas, audífonos, atención médica, tratamientos (…) y esa situación a medio y largo plazo provoca muchas heridas, desgaste psicológico y físico, empeoramiento de las enfermedades, etc”.

“No es suficiente acceder a un empleo para garantizar la inclusión social” advirtió, “lo que la pandemia ha hecho es empeorar una situación que ya existía de antes. Se necesita un trabajo de calidad –con un salario digno-  y de larga duración”.

“La ausencia de este empleo estable puede provocar una pérdida de la vivienda ante el impago persistente. Y por otra parte, la pandemia y sus consecuencias han provocado también que en las familias haya más casos de trastornos de salud mental diagnosticado” destaca.

Después de exponer estos y otros datos de la crisis, el ponente quiso hacer un llamamiento a la solidaridad animando a buscar la transformación personal y social, a construir comunidades fraternas y a repensar el cuidado de los más pobres, y sobre todo de las personas extranjeras que son más vulnerables promoviendo la cultura del encuentro. “Cuidado, compasión y comunidad” son las tres claves para luchar contra la pobreza.

Después de la conferencia hubo algunas intervenciones en torno al tema. Entre ellas la del obispo de Getafe, D. Ginés, que agradeció la exposición de Thomas Ubrich, e incidió en la necesidad de crear sociedades más integradoras y menos individualistas “donde no nos encerremos en nosotros mismos sino que nos demos cuenta de que a nuestro lado hay hermanos que sufren”.