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La Delegación diocesana de Juventud organizó el pasado 12 de noviembre el primer ‘Spotlight’ del curso, un encuentro testimonial destinado a los jóvenes, en el que pudieron reflexionar en torno al tema del amor, la vocación y la misión con la ayuda de dos sacerdotes y una laica.

El sacerdote Javier Siegrist, párroco de la Parroquia Santo Cristo de la Misericordia (Boadilla del Monte) fue el encargado de abrir el acto que moderaron dos jóvenes de la Asociación Universitaria Totus Tuus, Pedro Merino y Rocío Valdecantos. 

Siegrist habló de cómo funciona un corazón misionero, y señaló la clave: “el alma del misionero es la estrecha unión con Jesús que, de corazón a corazón, contagia el ardor redentor del corazón de Cristo”.

Antonio Soler, sacerdote diocesano de Getafe y desde 2018 misionero en Mozambique y párroco en Taninga, en la Archidiócesis de Maputo, fue el encargado del segundo testimonio.

Contó cómo nace la vocación misionera en un joven y destacó que, para él, surge concretamente a través del encuentro con Cristo. 

“Cuando uno encuentra algo bueno, lo lógico es contarlo, compartirlo” explicó. 

También incidió en que la llamada misionera es algo característico del mismo sacramento del bautismo: “lo propio del bautizado es ser misionero. El encuentro con Cristo se concreta en el bautismo, que te convierte en otro Cristo, y te hace entender que tu vida es como la Suya: para los demás, no para mí”.

La periodista y traductora Bárbara Bustamante se encargó del último testimonio de la noche, relatando su experiencia como joven que ha vivido la misión en su máxima expresión. 

Ella, natural de Chile, compartió en un breve testimonio (acompañado de imágenes) las razones por las que se lanzó a la misión y se sigue considerando misionera. 

Bárbara vivió dos años como misionera en Villarrica y compartió través de su experiencia práctica cómo la labor misionera transforma la vida de las personas a las que llevan el Evangelio. 

“El misionero llega para descubrir el rostro de la Iglesia tal y como es”, afirmaba sobre su trabajo frente a la distorsionada imagen que los medios de comunicación dan sobre la Iglesia en su país. También subrayó cómo la entrega y el servicio llenaron su vida de alegría: “la vida entregada es vida que se proyecta, trasciende y se convierte en un don”.

Finalmente, los jóvenes plantearon sus preguntas en un pequeño coloquio.