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El vicario general y moderador de Curia, Javier Mairata, presidió el pasado 27 de noviembre –primer domingo de Adviento- la toma de posesión del sacerdote Claude Pascal Degri como nuevo párroco de Nuestra Señora de Fátima (Getafe).

Mairata estuvo acompañado por el vicario general de la Diócesis de Grand-Bassam (Costa de Marfil), Kouassi Bonzo, que viajó en nombre del obispo Mgr. Raymond Ahoua; el arcipreste de Getafe, José Ángel García Botello, y otros sacerdotes de parroquias getafenses.

También estuvo presente en embajador de Costa de Márfil, Jean Roger Bouaffo Kouadio.

La celebración -de marcado caracter colorista y festivo- estuvo marcada por los simbólicos ritos propios de la toma de posesión, como la entrega de las llaves de la parroquia, de la Palabra, del confesionario o del Sagrario, la lectura del nombramiento de párroco y la renovación de las promesas sacerdotales.

El vicario general en su homilía quiso hacer una llamada a la esperanza, en relación al comienzo del nuevo tiempo litúrgico que comenzaba ese domingo destacando que “el gran reto es llenar de esperanza la vida de las personas de este barrio, donde hay tantas personas de tantos lugares y procedencias distintos, pero todos necesitados de esperanza”.

La Parroquia Nuestra Señora de Fátima se caracteriza por ser una parroquia muy integradora, multicultural y abierta, donde hay personas de distintos países, de distintos orígenes “que han llegado aquí dejando atrás a sus familias” y queriendo comenzar una nueva vida “donde los fieles les ayudan a establecerse y crear nuevas raíces”.

No quiso terminar su homilía Mairata sin agradecer toda la labor que han desempeñado en este barrio y en la parroquia los sacerdotes que han estado en ella antes que Claude Pascal y que han dejado su impronta, “como sucede con Pedro Cid, querido no solo en la parroquia sino en todo el pueblo de Getafe”.

Al finalizar la celebración el nuevo párroco dirigió unas palabras llenas de emoción a su comunidad destacando su agradecimiento por el nombramiento y a todos los que “dejando su casa y cosas importantísimas que hacer habéis regalado vuestro tiempo para preparar esta ceremonia”.

Agradeció a los niños haber cedido el espacio de su eucaristía  “hoy hemos unido la misa infantil con la de los mayores” y a todos y cada uno de los feligreses que le han acogido.

“Me siento acogido, ayudado y acompañado” concluyó.