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El obispo auxiliar de la Diócesis, D. José María Avendaño, presidió el  jueves 29 de diciembre la celebración de la Sagrada Familia en la Parroquia San Esteban Protomártir (Fuenlabrada).

Estuvo acompañado por el arcipreste y párroco Alfonso Fernández Cupeiro y los delegados de Familia y de Cultura, Alvaro Ojeda y Jesús Folgado respectivamente, el clero parroquial y sacerdotes de otras parroquias.

Además, asistieron miembros de ambas delegaciones, fieles del arciprestazgo y de otras comunidades parroquiales de dentro y fuera la Diócesis, como los procedentes del pueblo puertorriqueño Juana Díaz, que representaron el Auto Sacramental de los Reyes Magos.

El encuentro comenzó con el rezo del Rosario que preparó a los asistentes espiritualmente para la celebración eucarística posterior.

D. José María quiso comenzar su homilía agradeciendo la presencia de todos sus hermanos sacerdotes, el arcipreste, los delegados y también religiosos, consagrados y fieles, con unas palabras especiales al pueblo de Puerto  Rico y en especial a los Reyes Magos “que habéis venido a adorar al Dios del amor y de la paz”.

“La Navidad no es solo la fiesta en la que celebramos que Dios se hace hombre, también es la fiesta de la familia y de la vida; nos nace un niño, un niño se nos ha dado” comenzó el auxiliar, añadiendo “en el seno de la Sagrada Familia, nació y creció Cristo y se hizo hombre”.

El prelado quiso traer a colación un libro escrito por Benedicto XVI ‘La infancia de Jesús’ recordando que todos estamos llamados a rezar por el papa emérito en estos últimos momentos de su vida y explicó cómo los pastores avisados por el ángel fueron a adorar al “niño envuelto en pañales, recostado en un pesebre”, y se convirtieron en los primeros misioneros “que salieron a anunciar con alegría este gran acontecimiento”.

También quiso Avendaño, recordando el lema de la celebración ‘La familia, cuna de la vocación al amor’, invitar a todos a formar en sus hogares “una verdadera iglesia doméstica, una comunidad de vida y amor, donde sus miembros estén revestidos de humildad, de mansedumbre y de paciencia”, subrayando la importancia de cuidar y acoger a las personas mayores.

“La familia es una realidad insustituible, en la familia el amor se hace gratuidad, acogida, entrega. En la familia cada uno es reconocido, respetado y valorado por sí mismo por el hecho de ser persona, padre, madre, hijo, esposo. El hogar es para el hombre un espacio de libertad, la primera escuela de la humanidad” destacó el auxiliar pidiendo seguir el ejemplo protector y de fidelidad al Señor de san José, esposo de María y padre de Jesús.

Al término de la celebración y antes de la bendición final, los asistentes –sobre todo los más pequeños- pudieron disfrutar de la representación del Auto Sacramental de los Reyes Magos, por parte del grupo procedente de la localidad puertorriqueña de Juana Díaz.

La familia leganense formada por Raquel, Pablo y sus tres hijos, que acudió con hermanos y abuelos a la festiva celebración, manifestó que fue “un auténtico regalo poder participar en esta hermosa eucaristía que nos ayuda a seguir luchando por ser una familia santa que tanto anhela nuestro corazón”.

“Contar con la presencia de sus majestades los Reyes Magos y ver la carita de ilusión de los más pequeños y no tan pequeños la hizo aún más especial” concluye Raquel.