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El papa Francisco canonizó el pasado 15 de octubre, en la Plaza de San Pedro (Roma), al escolapio gallego Faustino Míguez, fundador del Instituto Calasancio Hijas de la Divina Pastora, congregación religiosa femenina presente en cuatro continentes y dedicada a la evangelización a través de la educación de niños y jóvenes a través de 31 colegios y de la promoción de la mujer con otras tantas obras sociales.
El obispo de Getafe, D. Joaquín María López de Andújar, y su obispo auxiliar, D. José Rico Pavés, participaron en la concurrida celebración en reconocimiento al legado y a la vinculación de este escolapio con la Diócesis de Getafe, en la que vivió hasta su muerte durante más de 40 años.
A las 10.36 horas, el Santo Padre pronunció la fórmula de canonización que fue seguida de una cerrada ovación. De esta manera se reconoció la santidad de este sacerdote español que nació en Xamirás, una aldea de Acebedo del Río, Celanova, en la provincia de Orense, el 24 de marzo de 1831.
Científico y pedagogo reconocido, en 1885 fundó la congregación de las Hijas de la Divina Pastora en Sanlúcar de Barrameda, tras descubrir que las niñas de la localidad gaditana no tenían acceso a la escuela. 
El padre Faustino Míguez falleció en Getafe el 8 de marzo de 1925 a los 94 años.
El 25 de octubre de 1998 fue beatificado por Juan Pablo II.
“Los santos hoy canonizados nos señalan este camino. Ellos no han dicho sí al amor con palabras por un poco de tiempo, sino con la vida y hasta el final”, destacó el Papa durante la homilía, subrayando de ellos que “su vestido cotidiano ha sido el amor de Jesús, ese amor de locura con que nos ha amado hasta el extremo, que ha dado su perdón y sus vestiduras a quien lo estaba crucificando”.
Desde esta mirada, el Santo Padre invitó a los fieles que llenaban la plaza a comprender su vida cristiana como “una historia de amor con Dios”, donde nadie tiene una “invitación en exclusiva”. Así, se sirvió de la parábola evangélica del banquete de bodas para recordar que Dios “no resigna, sino que sigue invitando. Frente a los noes, no da un portazo, sino que incluye aún a más personas”.
A san Faustino Míguez le acompañaron en la plaza más de 1.500 peregrinos de la familia calasancia llegados de los diez países en los que las Hijas de la Divina Pastora están presentes.
Durante la ceremonia, la familia de la chilena Verónica Stoberg, por cuyo milagro el sacerdote español ha subido a los altares, entregó al Papa una reliquia de san Faustino.
Además, en representación de España y de la familia calasancia, la Real Banda de Gaitas de la Diputación de Ourense irrumpió al finalizar la eucaristía, en medio de una gran expectación de los congregados en San Pedro.
Los gaiteros estrenaron para la ocasión dos piezas en exclusiva: la ‘Marcha procesional de san Faustino Míguez’ y la ‘Muñeira del papa Francisco’.
La Iglesia reconoce la santidad de este gallego incansable cuando la familia calasancia, integrada por una decena de congregaciones, celebra un Año Jubilar con motivo del 400º aniversario de la fundación de la Orden de las Escuelas Pías y cuando se cumplen 250 años desde que san José de Calasanz subiera a los altares.

 

 

El obispo de Getafe presidirá una misa de acción de gracias por la canonización del padre Faustino el 3 de noviembre, a las 19.00 horas, en la Catedral Santa María Magdalena (Getafe).

 

El legado del padre Faustino en Getafe
El legado del padre Faustino Míguez está presente en la Diócesis de Getafe a través del Colegio Hijas de la Divina Pastora (Pº Pablo Iglesias, 5. Getafe), en cuya capilla reposa su cuerpo incorrupto.

En este centro educativo existe también un museo, inaugurado en el año 2000, en el que se exhiben los fondos documentales de su vida y de la congregación por él fundada, como fotografías, libros y objetos personales.
Faustino, como educador, se especializó en biología y fue un apasionado defensor de la “casa común”, muy en la línea del actual Papa y la ‘Laudato si’.
Además de sacerdote y educador, durante su estancia en Cuba investigó el efecto terapéutico de las plantas medicinales, conocimientos que convirtió en preparados medicinales a su vuelta a España, los ‘Específicos Míguez’, y la fundación de su propio laboratorio. Doce de sus medicamentos están registrados en la Dirección General de Sanidad desde 1922.
Con motivo de su canonización, los religiosos escolapios han organizado una exposición bajo el título ‘Espacio Míguez’ en el Colegio de la Inmaculada (c/Felipe Scio, 1. Getafe), donde residió durante más de 40 años.
Esta exposición (http://www.espaciomiguez.org), que tiene la intención de evocar su presencia en Getafe, muestra los espacios donde vivió el nuevo santo: su habitación y su librería, los lugares comunes como las escaleras y los objetos que él tocaba, como los libros, la campana o algunos de sus escritos.