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Las hermanas clarisas vivieron un año 2017 marcado por las profesiones de nuevos miembros y por diferentes acontecimientos que les permitieron profundizar en su vocación de clausura.

 

Profesiones temporales y perpetuas
En el mes de febrero tuvieron la oportunidad de crecer en el conocimiento del carisma franciscano-clariano mediante un breve curso sobre el testamento de santa Clara, impartido por  fray Ángel María Fernández de Pineda, de la Orden de Frailes Menores.
“Fueron días de gozoso agradecimiento por haber sido llamadas al seguimiento de Cristo pobre y crucificado, viviendo en la unidad del mutuo amor y siendo sostenedoras de su Cuerpo, que es la Iglesia”, afirman las hermanas.
Tan sólo unos días después tuvieron la oportunidad de ver realizado el deseo de abrazar esta vida en una de sus hermanas. El 25 de febrero profesó temporalmente sor Ana Rus María, que, seducida por Jesús y después de unos años de noviciado en Soria, daba su sí a esta llamada que se hacía oír insistente en su corazón.
Con fuerza resonaron en la iglesia los tres "sí, quiero" que la unieron esponsalmente a Cristo. Su consagración se hizo visible al recibir el velo negro que tradicionalmente identifica a las esposas de Jesucristo.
En el mes de junio, en Soria tuvo lugar la profesión solemne de sor Ana María, que pronunció su sí para siempre y recibió el anillo a imagen de la alianza definitiva con Cristo de manos del obispo de Córdoba, D. Demetrio Fernández, que presidió la celebración junto a dos sacerdotes misioneros en Perú.
La iglesia estuvo llena de jóvenes, niños y familias y quedó inundada del perfume de una vida derramada por amor a los pies de Jesús.
Llegado el mes de septiembre, las clarisas de Valdemoro participaron también de una celebración presidida por fray Rubén Moreno, de la Orden de Frailes Menores y asistente de la Fraternidad Franciscana Seglar de Valdemoro, en la que tres hermanos hicieron su profesión perpetua y dos nuevas hermanas fueron admitidas en la fraternidad. 
Fue un día de gran alegría para toda la familia franciscana, que ve crecer en muchos el deseo de abrazar el Evangelio como forma de vida, incluso en medio de las tareas del mundo.
 
Celebración de las bodas de plata sacerdotales del capellán D. Javier Romera.
Acompañado del vicario general de la Diócesis, D. José María Avendaño, y de un numeroso grupo de sacerdotes, el capellán de la comunidad, D. Javier Romera, agradeció al Señor estos 25 años de sacerdocio y de su ministerio, del que tantas personas se sienten beneficiadas y del que especialmente las clarisas reciben cada día lo más grande, que es la eucaristía.
En el mes de junio, sor María del Carmen celebró sus bodas de oro de profesión religiosa.


Celebración del triduo pascual
Como en otras ocasiones, desde el 12 al 16 de abril las hermanas acogieron a un grupo de jóvenes que deseaba compartir con ellas la Pascua, sintiendo en su corazón un verdadero deseo de seguir al Señor y conocer su voluntad.
Fueron más de 20 las jóvenes que se unieron a su liturgia y a las solemnes celebraciones de esos días, presididas por D. Francisco Javier Fernández Perea.
Unos meses después, el 22 de julio, fiesta de santa María Magdalena, el Señor les regaló acoger como hermana a una de las jóvenes que había participado en ese encuentro. Después de un tiempo de discernimiento, entró como postulante al Monasterio de Soria.


Renovación de la vida de amor
Del 18 al 27 de junio, en las segundas vísperas del día del Corpus, dieron comienzo los ejercicios espirituales de las hermanas, que siempre son una ocasión para renovar la  vida de amor con Jesucristo.
Este año, Dios quiso servirse de la palabra de D. Antonio Cano, sacerdote muy querido dela comunidad, que desde el principio quiso fundamentar esos días en la misericordia de Dios, que siempre nos precede y cambia nuestra vida.
Con motivo de la promulgación del nuevo documento para la vida contemplativa  ‘Vultum Dei quaerere’, las hermanas clarisas participaron del 8 al 10 de mayo en un encuentro federal que tuvo lugar en Aránzazu (Guipúzcua).
Allí, Mons. D. José Rodríguez Carballo, arzobispo secretario de la Congregación para la Vida Consagrada y hermano en el carisma franciscano, les acercó el contenido de las palabras que el Papa les ha dirigido en este decreto.
Pudo asistir a ponencias la madre abadesa del convento de Valdemoro, sor María Mercedes.
 
Exposición del Santísimo
Si ha habido un acontecimiento que marcó especialmente 2017 para las clarisas de Valdemoro fue el 75º aniversario de la exposición permanente del Santísimo en el Monasterio de Soria y el séptimo de la capilla de adoración perpetua en Valdemoro.
Estos acontecimientos se celebraron con una misa solemne presidida por el obispo de Getafe, D. Joaquín María López de Andújar, que estuvo acompañado del padre Justo Lofeudo, gran impulsor de la Adoración Perpetua y  que hizo posible los comienzos de esta capilla.
Como dijo el padre Justo, “aquí Jesús irradia, hace llegar a todos un derroche de gracias que día a día se derraman ante la Eucaristía, como un misterio  de transformación de la vida y del mundo.”


Centenario de las apariciones de Fátima
Las clarisas también celebraron en 2017 el centenario de las apariciones de Fátima. La vida de los pastorcitos Lucía, Francisco y Jacinta iluminó de manera especial la vocación contemplativa en sencillez, pobreza y minoridad.
"Yo nunca te dejaré" fue la promesa con la que la Virgen consoló a Lucía en la larga peregrinación de su vida y que a cada una de las hermanas fortalece y renueva en el gozo de su presencia materna.
Cada uno  de los sufrimientos,  anhelos, situaciones y circunstancias que a lo largo de este año tantas personas les encomendaban han encontrado refugio en el Corazón Inmaculado de María, a través de las hermanas del monasterio de Valdemoro.
A todos les llevan en su corazón de madres y hermanas y diariamente rezan con Cristo en la eucaristía, por ellos y por este mundo tan necesitado y sediento de amor.