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Paul Schneider, vicario parroquial en Villanueva de la Cañada hasta 2017 y que se encuentra de misión en Etiopía desde septiembre del año pasado, está realizando estos días una visita a la Diócesis de Getafe, donde se reunió el pasado 20 de junio con el obispo D. Ginés García Beltrán para contarle su experiencia de evangelización en el país africano.
El padre Paul ha regresado a España acompañado del obispo del Vicariato de Harar (Etiopía), Mons. Angelo Pagano, que también participó en la reunión.
En ese encuentro también estuvieron presentes D. Jose Rico Pavés, obispo auxiliar de la Diócesis; Gonzalo Pérez-Boccherini, párroco de San Carlos Borromeo (Villanueva de la Cañada), antigua parroquia del padre Paul; su amigo Álvaro Cárdenas, párroco en Chapinería, y Ramón Díaz-Guardamino, vicario judicial de la Diócesis de Bilbao, quien visitó Etiopía el año pasado.
En el transcurso de la reunión, el padre Paul pudo conocer al nuevo pastor diocesano y compartir con él la labor que va a desempeñar en el Vicariato de Harar a partir de julio.
El misionero será el encargado de una comunidad cristiana formada por cien familias que viven en una zona montañosa dentro de un territorio de mayoría musulmana.
También habló a D. Ginés sobre su estancia de nueve meses en Etiopía, en el transcurso de la cual ha podido aprender el idioma oficial, el amárico, y conocer la labor de las religiosas de la madre santa Teresa de Calcuta en Adís Abeba, con las que ha colaborado en el hospital que éstas dirigen.
En ese tiempo ha  viajado en algunas ocasiones al territorio que próximamente va a atender para ir familiarizándose con sus futuros feligreses.
Tras el encuentro con el obispo de Getafe, el padre Paul se trasladó a su antigua parroquia en Villanueva de la Cañada, donde compartió su testimonio misionero.
A los fieles de San Carlos Borromeo les dijo que hay que abrirse al conocimiento de otros países, preocuparse por lo que pasa más allá de nuestras fronteras y realizar más experiencias misioneras.
“El turismo está bien, pero ir como misioneros a un país es entrar en la herida de las gentes, del pueblo, y es un gran beneficio para aquellos que nos acogen”, puntualizó el sacerdote misionero.