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En la Fiesta de la Virgen del Pilar, Día de la Hispanidad, 27º cumpleaños de la Diócesis, D. Ginés García Beltrán presidió las Ordenaciones de cuatro nuevos sacerdotes: -de derecha a izquierda- Mateo Romero, Ismael Bermejo, Eliert Jerez y Juan Carlos Pérez. En el centro, D. Joaquín (Emérito) y D. José (Auxiliar)
Un abarrotado Santuario del Sagrado Corazón, en el Cerro de los Ángeles, fue el escenario de las Ordenaciones, que estuvieron acompañadas por el Coro diocesano y la Orquesta sinfónica, bajo la batuta del P. Javier Ávila, fundador y director de ambas.

 

D. Ginés recordó en su homilía a los jóvenes candidatos que el sacerdocio es un inmenso motivo de acción de gracias, y que es una cuestión de amor. “Dejarlo todo por el Señor no es sólo una decisión del comienzo del seguimiento, sino del camino entero de nuestra vida”, les aseguró el prelado, que les insistió en que -como sacerdotes- son “enviados a todos”.

LOS NEOPRESBÍTEROS

Juan Carlos Pérez Ruiz es el mayor de todos. Tiene 34 años y su parroquia de origen es Santo Domingo de Silos (Pinto). Sintió la llamada al sacerdocio en un momento que recuerda muy bien: el domingo 7 de febrero de 2010, en la misa de 19.00 horas, en su parroquia. “Se proclamó el Evangelio de la pesca milagrosa (Lc 5, 1-11) y me sentí muy interpelado en las palabras de Jesús a san Pedro: ‘desde ahora serás pescador de hombres’”, explica el nuevo sacerdote. Ejercerá su ministerio en la Parroquia Ntra Sra del Pilar, en Valdemoro.

Ismael Bermejo Arroyo tiene 26 años y es natural de Valdemoro. También encontró al Señor en un momento que recuerda con especial emoción. “Mi vocación nació arrodillado ante Jesús sacramentado en un viaje con el grupo del curso Introductorio del Seminario al Santuario de la Virgen de Fátima en 2008, cuando tenía 16 años”, recuerda.

El sacerdocio “significa mi camino de salvación y santidad hasta el cielo. El modo concreto como el Señor ha pensado mi ser cristiano en favor de la Iglesia”, señala. Su ministerio sacerdotal lo desempeñará en la Parroquia San José Obrero (Móstoles).

Eliert Jerez Díaz-Flores tiene 26 años y es natural de Pinto. Su parroquia de origen, y en la que fue naciendo su vocación, Santo Domingo de Silos, es un regalo que Dios le hizo desde niño. “En la guardería yo ya quería ser o santo o cura. Espero cumplir con ambas”, señala el neopresbítero, vicario parroquial en Santiago Apóstol (Villaviciosa de Odón)

La ordenación ha sido uno de los momentos más felices de su vida. “Es la expresión del amor apasionado de Cristo por mí. Él me hace sacerdote suyo para ofrecerme al Padre con Él y ofrecerme también por todos los hombres”, declara este joven sacerdote.

Mateo Felipe Romero Padrón, a punto de cumplir 26 años, es el más joven de los cuatro. Aunque nació en Bogotá (Colombia), los 15 años que ha permanecido en España han borrado casi por completo su acento. Su parroquia de origen es la de Rozas de Puerto Real, donde vivió su fe hasta que en 2010 entró en el Seminario. Ser monaguillo tuvo mucho que ver en el descubrimiento de su vocación.  A partir de ahí, un sacerdote le recomendó estudiar en el Seminario Menor de Rozas de Puerto Real y, gracias al buen ambiente y a las personas que puso en su camino, fue madurando la posibilidad de ser sacerdote, hasta llegar al Altar. La Parroquia San Vicente de Paúl (Valdemoro) será su primer destino como presbítero.