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Cientos de fieles de comunidades parroquiales de la Diócesis de Getafe se sumaron el pasado 1 de marzo a las celebraciones en honor de Jesús de Medinaceli, que fue especialmente numerosa en la Parroquia San Pedro Bautista de Alcorcón.
El templo abrió sus puertas a las 7.00 horas y comenzó un continuo goteo de fieles, que hicieron un alto en su camino diario para encontrarse con Jesús.
A media mañana se rezó de manera solemne el Ángelus y, a la caída de la tarde, las vísperas, solemnes también, con el Santísimo Sacramento expuesto.
A las 19.30 horas se celebró la eucaristía en honor del Cristo, presidida por el obispo emérito de Segovia, Mons. Ángel Rubio. En sus palabras, recordó la importancia de la cercanía con Jesús, en quien el cristiano encuentra “descanso, paz y fuerza” para su vida.
Junto al prelado concelebraron la fraternidad franciscana y otros frailes de conventos cercanos.
La misa fue amenizada por la coral de la Parroquia San Francisco de Asís, de Alcalá de Henares.
Al finalizar la eucaristía, se dio la bendición y se impusieron más de 800 escapularios de Jesús, que, en este Año Jubilar diocesano por el Centenario de la Consagración de España al Sagrado Corazón, sirvieron para mostrar también la consagración de los fieles al Amor incondicional de Cristo, recordando las palabras del apóstol: “Sus heridas nos han curado”.
Y, como es habitual en esta parroquia, el primer viernes de mes se terminó con una Hora Santa celebrada bajo el lema ‘Ven y descánsate’, en la que se tuvo un encuentro con Cristo Sacramentado.
Este tiempo de oración estuvo centrado en la meditación de los ojos, de las manos y de los pies del Señor.
El día finalizó con el rezo solemne de las completas y con la bendición del Santísimo con la procesión por la nave de la iglesia.