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El obispo D. Ginés García Beltrán ha presidido una multitudinaria y solemne misa Crismal en la mañana del martes 16 de abril en la Catedral Santa María Magdalena (Getafe) acompañado del obispo auxiliar, D. José Rico Pavés; el obispo emérito, D.  Joaquín María López de Andújar; la curia diocesana; los arciprestes y delegados y unos 250 sacerdotes que han renovado las promesas adquiridas en la ordenación.

 

El prelado quiso empezar su homilía uniéndose solidariamente al dolor de los católicos parisinos ante el incendio de la Catedral de Notre Dame (Nuestra Señora) pero tuvo para ellos, y para todos, palabras cargadas de esperanza: “ojalá sirva para reconstruir la fe en Europa”.

D. Ginés prosiguió invitando a los sacerdotes, religiosos, misioneros y a todos los fieles a dar testimonio de Cristo, a alabarlo con toda su vida y a continuar la misión evangelizadora a la que los católicos estamos llamados.

“Somos el pueblo de Dios en camino, la comunidad que continúa la misión del Señor en el mandato misionero de ir a todas las gentes para anunciarles la buena noticia del amor de Dios. La Eucaristía nos confirma, nos fortalece y nos envía” ha destacado García Beltrán.

Y continuó “La misa Crismal, es cada año la expresión preciosa de lo que somos, al tiempo que una renovación gozosa de nuestra respuesta a la llamada del Señor

El obispo insistió a los presbíteros a dejarse guiar por Dios y a ponerse en sus manos: “Nuestro ministerio no es nuestro. Somos siervos e instrumentos de Dios, representamos al Señor y actuamos en su nombre”.

Además no quiso dejar pasar la ocasión de mencionar los recientes escándalos en la Iglesia, “que suponen una humillación para todos nosotros” y pidió el compromiso para “acompañar, ayudar, y, recorriendo junto a las víctimas el camino del perdón, recobrar la paz y la alegría”.

“Sin embargo, también hay sacerdotes santos, que entregan y dedican su vida al Señor, hasta llegar al martirio” quiso destacar García Beltrán. 

Una santidad a la que todo cristiano está llamado, insistió, también el obispo.

Por ultimo D. Ginés recordó a todos el Centenario de la Consagración de España al Sagrado Corazón que la Diócesis de Getafe está celebrando “un año de gracia que se hace extensible a la Iglesia universal” e hizo una llamada a que todos los católicos, siguiendo el lema ‘Sus heridas nos han curado’  curen las heridas del corazón humano siendo testigos fieles del amor de Cristo.

Después de las palabras del prelado tuvo lugar la consagración y bendición de los Santos Óleos: el Santo Crisma con el que son bautizados y confirmados los fieles, y que unge a los ministros sagrados en la ordenación; el óleo de los catecúmenos, que extiende el efecto de los exorcismos, pues los bautizados reciben la fuerza para renunciar al diablo, al pecado y el óleo de los enfermos, como calmante de las dolencias en el alma y cuerpo de los enfermos y para que puedan conseguir el perdón de los pecados. Los tres óleos serán repartidos por todas las iglesias de la Diócesis para los sacramentos que lo precisen.

La música del órgano, interpretada magistralmente por Enrique Martín Laguna contribuyó a solemnizar la ceremonia.