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El obispo de Getafe Ginés García Beltrán participó el pasado martes 21 de enero en la presentación de la biografía del periodista y sacerdote Manuel Unciti, que tuvo lugar en la Asociación de la Prensa de Madrid.

Junto a él participaron el autor del libro, Juan Cantavella, la directora de la Editorial San Pablo, María Ángeles López Romero y el presidente de la Asociación de la Prensa de Madrid, Juan Caño.

 Según informa Vida Nueva Digital, el encuentro comenzó con la presentación de Manuel Unciti que realizó la directora editorial, “un hombre de profunda fe, que siempre hizo mucho bien”.

López Romero conoció a Unciti en la etapa en la que esta periodista trabajó en la revista Reinado Social.

“Pocas veces me toca tan de cerca el contenido de un libro publicado por San Pablo, porque hace ahora 23 años que conocí a Manolo, cuando llegué a la revista 21, y eso hacía que, al menos una o dos veces, hablásemos cada mes, algo que me daba pánico, porque ya era una institución, y luego se convirtió en una excusa para hablar con él y tomar el pulso a la actualidad social y eclesial”, recordó emocionada.

También destacó ante todos los presentes que “no podía dejar de rendir este homenaje a alguien de quien tanto aprendí y que ha dejado un lugar imposible de llenar”.

Por su parte, García Beltrán alabó la valentía de Cantavella al escribir esta obra, su fidelidad a la figura de Unciti y señaló que le gustaría seguir profundizando en la vida de un hombre que ha dejado tan profunda huella en el mundo del periodismo.

Añadió también que Manuel “fue un hombre honesto, aunque pudiera ser muchas veces molesto; sincero y preparado, que rompió muchos artículos de sus pupilos en la Residencia Azorín para que volviesen a escribirlos de nuevo; preparado y reflexivo; crítico y fiel; libre y caritativo, porque, cuando en algún artículo criticaba a una persona o situación, enseguida ponía un paño. Lo que no hacía era esconder la cabeza”.

“Pero, ¿quién es Manuel de Unciti? ¿Quién hay detrás de esa persona? ¿Un sacerdote periodista o un periodista sacerdote?”, se preguntó el obispo. “Detrás hay un sacerdote –afirmó-. Sacerdote siempre, en todo sacerdote y solo sacerdote, como aprendió en el Seminario de Vitoria. La diferencia era que su púlpito era un periódico, pero para entender a Unciti hay que entender, sobre todo, que él era sacerdote”.

Finalmente García Beltrán se refirió a la Residencia Azorín, que creara Unciti a mediados de los años sesenta junto con otros estudiantes de la Escuela de Periodismo. “Me parece que fue una iniciativa realmente bonita –opinó el obispo-. En España hay once facultades de comunicación de la Iglesia y, muchas veces, los obispos nos preguntamos dónde están los comunicadores cristianos”, insistió.

Pero Unciti, reconoció García Beltrán, “puso en marcha aquella residencia, que dio auténticos periodistas y verdaderos cristianos”, y destacó “el indudable influjo que tuvo Unciti en la comunicación católica”. “Hoy necesitamos iniciativas como aquella para cuidar y hacer crecer y madurar a los periodistas cristianos”, concluyó el pastor.

En cuanto al autor, Juan Cantavella, periodista, catedrático emérito del CEU y gran admirador de la figura de Unciti, destacó que “Manolo contribuyó a la renovación de la Iglesia posconciliar en España y a la creación de una residencia que fue una iluminación, y donde encontramos algo más que unos muros hospitalarios: encontramos a un padre”, señaló para, a continuación, concluir: “¿Cómo podía desaprovechar la oportunidad de recordar su persona? Tenemos mucho que agradecerle, pero lo importante es aprender de su actitud vital y seguir su ejemplo. Cueste lo que cueste”.