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Jesucristo en el centro, goles, pasión por el deporte, penaltis y muchas ganas. Así puede resumirse lo vivido por los más de 550 jugadores de 46 equipos distintos que participaron en la XI edición del Trofeo Golfín organizado por la Delegación de Juventud.

 Los jóvenes de la Diócesis respondieron con entusiasmo a la convocatoria de esta clásica competición navideña, con modalidad masculina y femenina, que contó incluso con un equipo invitado desde Barcelona, quienes tuvieron que viajar de madrugada para poder participar. 

Tal fue la acogida desde las semanas previas, que la Delegación de Juventud tuvo que ampliar el número de equipos ante la avalancha de inscripciones, para que nadie se quedase fuera del torneo, heredero de la antigua Liga Diocesana. Las seis pistas de fútbol del Colegio Andel rebosaron fútbol durante todo el día, pausando sólo para la misa y la hora de comer. 

Precisamente la celebración de la Eucaristía, muy marcada por la fiesta de la Epifanía del día anterior, dejó pequeña la capilla del colegio y tuvo que realizarse bajo un techado abarrotado de jugadores, aficionados y amigos. 

El subdelegado de Juventud, Miguel Luengo, recordó la importancia de compartir un día de convivencia y encuentro en torno a la Navidad y el misterio de la Adoración. 

Un momento también para dar gloria a Dios y en el que buscar su voluntad y presencia. 

La celebración también se ofreció por el primer obispo de la Diócesis, D. Francisco Pérez y Fernández-Golfín, de quien toma el nombre este trofeo. Pese a las dificultades climatológicas y la exigencia de un calendario muy apretado (más de 90 partidos en un sólo día), el esfuerzo de todos los participantes y voluntarios hizo posible que fuera una jornada inolvidable. Sin dejar de felicitar, por supuesto, a los respectivos campeones: los chicos de Los Barrios, de la Parroquia San Juan Pablo II, y las chicas de La Inmaculada de Alcorcón.