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Más de un centenar de personas participaron en la Jornada diocesana de Pastoral Penitenciaria que tuvo lugar el pasado sábado 22 de abril en el Teatro Fernández Baldor del Colegio San Ignacio de Loyola, en Torrelodones.

Una veintena de reclusos de los centros penitenciarios que hay en territorio diocesano - Aranjuez, Navalcarnero y Valdemoro-, voluntarios de la pastoral carcelaria, los capellanes - Norberto Otero, Tomás Linares y Enrique Sanz Porras-, y el delegado de esta área, Pablo Morata, vivieron una intensa y festiva jornada de convivencia.

El día comenzó con la acogida y un café compartido que dio paso a la representación teatral de la obra 'Metanoia' a cargo de los alumnos del centro escolar de Torrelodones.

Por la tarde, después de la comida, se realizó un trabajo por grupos en el que los asistentes reflexionaron sobre la obra de teatro y los mensajes que habían recibido a través de ellas. Hablaron sobre la realidad de las personas que viven al margen de Dios, el sentido del sufrimiento y las posibilidades de redención a través de la misericordia de Cristo.

A continuación el capellán del centro penitenciario de Navalcarnero, Javier Sánchez, presentó su libro 'Bienaventuranzas desde la cárcel' en el que comparte su actividad diaria en la prisión y cómo se puede dar la esperanza y el amor en medio del sufrimiento de las personas privadas de libertad.

"El libro habla de esperanza y de libertad a través de las bienaventuranzas que han sido puestas en boca de los presos y, al mismo tiempo, de mi experiencia personal en la cárcel y de mi contacto con ellos" explica Javier.

"Está basado en mi experiencia y en los encuentros personales con cada uno de ellos desde la fe y desde la humanidad. La cárcel es un sitio de Pascua, de dolor y de vida, de cruz y de Resurrección" añade.

Por último y antes de la oración final, se visualizó un vídeo del santo padre Francisco, dedicado a los presos que hay en los centros penitenciarios ubicados en la Diócesis de Getafe y al capellán Javier Sánchez, en el que el  Papa agradecía el apostolado en la prisión: "yo le agradezco a Javi que trabaje con ustedes, que los acompañe en este momento de la vida".

"Dios nos quiere a todos por igual y nos quiere mucho. Hasta qué punto nos quiere que, pensando en ustedes, cuando seamos juzgados en el fin del mundo una de las preguntas va a ser si los que estábamos afuera les fuimos a visitar a ustedes. "Estuve preso y me visitaste". Así que parece que ustedes son preferidos de Jesús porque quiere que los vayamos a visitar" les dijo el santo Padre.

"Les mando un saludo grande y no se olviden una cosa: que Dios perdona todo. El problema es que nosotros nos cansamos de pedir perdón. Que Dios los bendiga. Rezo por ustedes, rezo por Javi y por todos los que lo ayudan. Y les doy la bendición" concluyó el papa Francisco.

 

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