El próximo domingo 25 de mayo, los jóvenes de entre 16 y 35 años están invitados a participar en una propuesta diferente: una tarde de encuentro, testimonio y compromiso solidario bajo el lema ‘MIRA: descubre la riqueza en la vulnerabilidad’, que tendrá lugar en la sede de las Hermanas Hospitalarias de Ciempozuelos (c/ Jardines, 1), en horario de 16.00 a 20.00 horas.
El evento, organizado por la comunidad hospitalaria en colaboración con voluntarios y residentes, busca ofrecer una experiencia transformadora: compartir una tarde en la que se fomente la fraternidad, la reflexión personal y el compromiso con los más vulnerables, a través del contacto directo con quienes viven y trabajan en esta institución dedicada a la atención de personas con enfermedades mentales y otras necesidades.
La hermana Cristina, religiosa hospitalaria, subraya el sentido profundo de esta jornada: “Este es un encuentro lleno de esperanza, y para generar esperanza en un mundo lleno de desesperanza. Este encuentro nos aporta vida y nos da la oportunidad de dar vida con las cualidades que vivimos como un don: la hospitalidad”.
Durante la tarde, los participantes tendrán la oportunidad de conocer más de cerca el carisma hospitalario, convivir con los residentes del centro, y escuchar testimonios de usuarios, voluntarios, colaboradores y religiosas, en un ambiente acogedor y lleno de humanidad. También habrá tiempos para la oración compartida, dinámicas de grupo y momentos para el diálogo y la reflexión conjunta.
El llamado ‘Domingo Hospitalario Joven’ se convierte así en una oportunidad para descubrir cómo la fe y la solidaridad se entrelazan en la vida cotidiana de quienes trabajan al servicio de los más frágiles, desde una espiritualidad centrada en la compasión, el acompañamiento y la presencia activa.
La actividad es gratuita, pero se requiere inscripción previa, que puede realizarse a través del código QR disponible en la convocatoria o completando el formulario en línea mediante el enlace correspondiente AQUÍ
Una tarde para abrir el corazón, dejarse tocar por realidades concretas, y descubrir —en palabras de las propias hospitalarias— que “la verdadera riqueza nace cuando nos dejamos encontrar por la vulnerabilidad del otro”.