clausurabenitowebLa "villa hospitalaria" de Ciempozuelos (Madrid), cuna de la Congregación de las Hermanas Hospitalarias y uno de los primeros lugares de restauración de la Orden de San Juan de Dios, fue el escenario de los actos de clausura del centenario de San Benito Menni, que comenzaron el miércoles 22 de abril y concluyeron el 24 con la celebración de una solemne Eucaristía presidida por el Hermano Jesús Etayo, Superior General.

 

Bajo el lema ‘San Benito Menni: un corazón sin fronteras’, este año tan especial y significativo nos ha brindado la oportunidad de profundizar en la figura y el legado de este santo hospitalario.
Desde todas y cada una de las presencias hospitalarias, repartidas por todo el mundo, se han realizado diversos encuentros, jornadas, conferencias, retiros, peregrinaciones… marcadas por el “trabajo conjunto” de toda la Comunidad Hospitalaria.
Los actos de clausura del centenario de San Benito Menni comenzaron con la acogida a los peregrinos llegados desde los diferentes lugares del mundo donde hay presencia hospitalaria.
El acto de acogida tuvo lugar en el salón de actos de la Casa Madre, donde la Alcaldesa de Ciempozuelos, María Ángeles Herrera, junto con los Superiores Provinciales, María Rosario Iranzo, Hermana Hospitalaria, y José Antonio Soria, Hermano de San Juan de Dios, dieron la bienvenida a todos los asistentes que permanecieron en Ciempozuelos hasta el 24 de abril.
El día siguiente comenzó con una Eucaristía, en la iglesia del complejo de los Hermanos de San Juan de Dios en Ciempozuelos, presidida por el exsecretario del Pontificio Consejo para la Pastoral de la Salud, Obispo José Luis Redrado, O.H. Seguidamente, ya en el salón de actos, los Superiores Generales dieron la bienvenida a las cerca de 350 personas que participaron en estas jornadas de encuentro, convivencia y reflexión sobre la figura de San Benito Menni.
La mañana continuó con las conferencias del Hno. Luis Valero y la Hna. María Concepción Ochotorena.
Tras una breve pausa, dio comienzo una mesa de testimonios de hospitalidad, coordinada por el Hno. Julián Sánchez, en la que participaron representantes de varias instituciones.
Cada uno compartió la experiencia de la hospitalidad desde diferentes ámbitos: vida consagrada, voluntariado, asistencial y misionero. La mañana concluyó con una comida fraterna en los jardines del complejo.
Las actividades del día 23 se retomaron después de comer. Los peregrinos se dividieron por idiomas para hacer una visita guiada a los museos de los complejos hospitalarios.
A las 18.00 horas llegó uno de los momentos más esperados del día. Reunidos en el salón de actos del complejo de las Hermanas, los asistentes pudieron disfrutar de una representación teatral en torno a la figura de San Benito Menni.
Seguidamente, enfermos y colaboradores de los dos complejos hospitalarios de Ciempozuelos interpretaron la segunda actuación de la tarde, que consistió en representar algunos pasajes de la vida de San Benito Menni. Ambas actuaciones, cargadas de alegría, creatividad y cercanía, hicieron vibrar a los asistentes, dejando en todos un recuerdo inolvidable.
Terminadas las representaciones, los peregrinos se dirigieron a los jardines de la Ermita de la Virgen del Consuelo. Allí, la Superiora General y la Alcaldesa de esta villa hospitalaria descubrieron un monolito como recuerdo de este centenario.
El Presidente de la Hermandad del Consuelo entregó a Sor Anabela las actas en las que consta la pertenencia del Padre a esta Hermandad.
Al caer la noche, se celebró una vigilia de oración en la que algunas personas presentaron sus testimonios de hospitalidad. Poco a poco, en presencia del Señor, se fueron encendiendo las velas que cada hermana, hermano y otros miembros de la familia hospitalaria tenían, de tal modo que cada uno, con su pequeña aportación, contribuyó a que una luz cálida de hospitalidad llegase a iluminar toda la iglesia del Complejo Asistencial Benito Menni de las Hermanas, una clara representación de la construcción de la misión compartida.
La última jornada comenzó con el rezo de laudes y la visita guiada a los centros y museos de la casa de los Hermanos y de las Hermanas. A continuación, el Obispo de Getafe, D. Joaquín María López de Andújar, presidió la solemne eucaristía de clausura en la iglesia de la Hermanas Hospitalarias, y una comida fraterna puso punto final a los actos de clausura.
En el ejemplo de San Benito Menni, que hace más de 130 años inició este camino de hospitalidad, encontramos impulso y aliento para responder a las necesidades de las personas enfermas y necesitadas en cada uno de los lugares donde están presentes nuestros institutos.
El don de la hospitalidad nos impulsa a una misión renovada con un ‘Corazón sin fronteras’ en la compasión por los que sufren.