formasmoraleja23dentroLa Parroquia San Millán (Moraleja de Enmedio) celebra el domingo 5 de febrero la Fiesta del Traslado de las Sagradas Formas con una Eucaristía, a las 11.30 horas, presidida por el canciller secretario Francisco Armenteros y una procesión, a las 12.30 horas, con el Prodigio Eucarístico por las calles de la localidad.

Esta fiesta, que se celebró por primera vez en Moraleja de Enmedio el año pasado, conmemora el camino que estas formas consagradas realizaron desde la casa en la que estuvieron escondidas hace 85 años hasta la Parroquia San Millán, una vez rehabilitada después de la guerra. 

El párroco Rafael de Tomás, explica que “de la misma forma que la Eucaristía les dio la vida a todos los habitantes de lugar en aquel entonces, hoy a nosotros el Señor nos enseña que Él es nuestro alimento, el más imprescindible y el más necesario”.

“El año pasado quisimos inaugurar esta fiesta que no existía, para poder conmemorar este traslado y lo hicimos con una eucaristía y una procesión por las calles del pueblo con el Prodigio Eucarístico con el fin de dar gracias a Dios por la fe heroica de los moralejeños y para que el Señor aumente y fortalezca la fe y el amor por la Eucaristía" subraya De Tomás.

 

Historia del prodigio 

El 16 de julio de 1936, Clemente Díaz Arévalo, párroco de Moraleja de Enmedio, consagró varias formas para dar de comulgar al pueblo en la fiesta del Carmen. Con las que sobraron dio la comunión los días 17 y 18, cuando le obligaron a cerrar el templo. 

El 21 de julio, permitiéndole que celebrara un funeral, aprovechó para sacar a escondidas las formas sobrantes. Guardó en un pequeño copón 24 formas por si tenía que dar la comunión a algún enfermo, pero, por los acontecimientos difíciles del comienzo de la Guerra Civil, tuvo que huir del pueblo y dejó encargadas a las ‘Marías de los Sagrarios’ la custodia de las Sagradas Formas. 

El pueblo se decidió a custodiarlas, adorarlas y defenderlas de cualquier sacrilegio y profanación. Desde entonces, permanecen incorruptas hasta hoy. Todo un regalo que el Señor ha hecho al pueblo de Moraleja.

Las hostias, 24 en un principio, fueron escondidas en un copón primero en casa de Hilaria Sánchez, esposa del secretario municipal, pensando que allí se encontrarían a salvo. Como no era infundado el temor a un registro, días después trasladaron el coponcito a casa de Felipa Rodríguez, que lo escondió en una cueva subterránea de la casa. 

Unas dos semanas después se llevaron a la bodega de Isabel Zazo, una feligresa perteneciente a las ‘Marías de los Sagrarios’, donde el copón permaneció más de 70 días enterrado a 30 centímetros de profundidad.

A finales de octubre de 1936, las fuerzas republicanas ordenaron evacuar Moraleja de Enmedio y los vecinos obedecieron, no sin antes desenterrar el pequeño copón. 

Vieron cómo su estado se iba deteriorando debido a la humedad, y como había que evacuar el pueblo, buscaron otro lugar donde esconderlo. En lo alto de una viga, dentro de un roto que la propia viga tenía, en la bodega de la superficie. Cuando pudieron regresar a sus hogares, el coponcito continuaba donde lo habían escondido, aunque lo encontraron completamente oxidado y ante el temor de que las sagradas formas hubieran sufrido algún daño lo abrieron y vieron cómo las 24 formas originales estaban en perfecto estado de conservación.

Las formas fueron trasladadas a otro lugar de la casa y quedaron vigiladas por las mujeres del pueblo.

Quince días más tarde llegaron a Moraleja dos sacerdotes, capellanes castrenses de un tercio de requetés, quienes, informados de la existencia de este prodigio, llevaron las formas en procesión desde la casa hasta la escuela. Celebraron la Eucaristía y comulgaron con dos de ellas comprobando que su sabor seguía siendo bueno cuatro meses después de su consagración. 

Cuando se restauró la Iglesia y habiendo regresado el párroco trasladaron el pequeño copón al Sagrario de la Parroquia. Antes se administró la comunión con una de estas formas a un enfermo. 

El 13 de noviembre de 2013 se cambiaron a un copón de cristal que permite la visualización y adoración de las Sagradas Formas, situado en un expositor encima del Sagrario de la Parroquia. Por las visitas episcopales que tenían que verificar el estado de la Sagradas Formas, se han consumido otras cinco hostias, quedando actualmente 16 de ellas y algún fragmento.