Esta entrevista ha sido publicada por la Revista Palabra en este mes de junio, a la que agradecemos que nos ceda los contenidos.

Mons. Rico Pavés: “Esta forma de neointegrismo quiebra la comunión eclesial”

Entrevista con el obispo auxiliar de Getafe a propósito de la reciente nota que declara la intención de no prestar apoyo a las iniciativas de HazteOir

Por Diego Pacheco

El 10 de marzo, el obispado de Getafe hizo pública una nota pidiendo a la asociación HazteOir que, por la vinculación probada de algunos de sus miembros a la asociación secreta el Yunque, se abstenga de acudir a las instituciones diocesanas a dar a conocer y promover sus iniciativas. Dos semanas después, el 26 de marzo, la archidiócesis de Toledo hizo suya íntegramente la declaración del obispado de Getafe y también vetó a HazteOir el acceso a las instituciones del arzobispado.

En torno a esta cuestión conversamos con el obispo auxiliar de Getafe, Mons. José Rico Pavés, una de las personas que más ha seguido y conoce el desarrollo y actividad de estas organizaciones en España. Respondemos así fundada y concluyentemente al interés de los lectores.

–¿Se puede decir que los recientes comunicados de Getafe y Toledo expresan la opinión del episcopado español respecto a HazteOir y al Yunque?

–Eso tendría que contestarlo el portavoz de la Conferencia Episcopal (CEE). Sí puedo decirle que existe una preocupación que va más allá de la diócesis de Getafe y de la archidiócesis de Toledo. Algunos obispos españoles nos han manifestado su apoyo y coincidencia con el diagnóstico que hemos hecho, aunque no consideren necesario, porque la incidencia es menor en sus diócesis, hacer pública una nota similar. Muchos coinciden en que la nota publicada les permite tener un argumento objetivo a la hora de advertir a sus fieles de los peligros que puede suponer colaborar con HazteOir. –

¿Se ha tratado este asunto en el seno de la CEE?

–El tema del Yunque fue tratado en el año 2010 por la Comisión Episcopal para la Doctrina de la Fe, de la cual entonces yo era Secretario técnico. En dos reuniones de esta Comisión, mantenidas en junio y septiembre de ese año, se comentó un informe sobre el Yunque preparado por un seglar de Toledo a instancias de nuestra Comisión. Este seglar se había implicado de forma muy directa en la campaña para promover la objeción de conciencia a la asignatura “Educación para la ciudadanía” a través de la asociación Profesionales por la Ética. Fue en esta asociación donde descubrió la existencia del Yunque y la presencia de sus miembros en esa asociación y en otras afines, como HazteOir.

En aquella ocasión la Comisión se limitó a dialogar sobre el Yunque y algunas de las asociaciones impulsadas por sus miembros, y entregó el informe a la Secretaría General de la CEE para que estuviera a disposición de los obispos que quisieran consultarlo. Se pensó entonces que no eran necesarias otras actuaciones, pues en la archidiócesis de Madrid se había pedido a los dirigentes del Yunque que abandonaran su condición de organización secreta y adoptaran una forma visible, civil o canónica.

Después vinieron las demandas interpuestas por HazteOir, entre otras, contra el seglar de Toledo que había preparado el informe para nuestra Comisión. Tras la sentencia judicial de mayo de 2014 que desestimó esa demanda, el asunto ha vuelto a ser objeto de diálogo en algunos órganos de la CEE y entre algunos obispos. En principio, el criterio de la CEE es que cada obispo actúe como crea oportuno en el ámbito de su propia diócesis.

–¿Cuál ha sido la actuación de la diócesis de Getafe en este asunto?

–Han sido dos actuaciones: una carta al Presidente de HazteOir, en septiembre de 2014, y la Nota del obispado, en marzo de 2015. En la carta se anunciaba lo que luego se haría público: que desde la diócesis de Getafe deseamos promover la defensa de derechos fundamentales hoy vulnerados, pero lo queremos hacer desde un sentido de pertenencia eclesial inequívoco; que aunque podemos compartir con HazteOir y sus plataformas muchos de los fines que proponen, no compartimos los medios que emplean; y que, en consecuencia, pedimos a HazteOir que se abstenga de acudir a las instituciones diocesanas para dar a conocer o promover sus iniciativas.

En un primer momento no se pensó publicar esta carta en los medios. Sí se dio a conocer al Colegio de arciprestes y a los párrocos de la diócesis. La carta respondía a una circular que el Presidente de HazteOir envió a la mayoría de los obispos españoles anunciándoles la convocatoria de una Marcha por la Vida en septiembre de 2014, e invitándose a acudir con un delegado de zona a entrevistarse con cada obispo y explicarles lo que hace HazteOir.

–¿Qué ocurrió luego?

–Cuando recibimos la circular del Sr. Arsuaga pensamos: ¿por qué no alude aquí a la sentencia de mayo de 2014 que declara probada la pertenencia al Yunque de algún miembro de la directiva de HazteOir y desestima la demanda contra el seglar de Toledo? No nos parecía coherente: por un lado, HazteOir presenta una demanda contra un católico que ha trabajado al servicio de la CEE a petición de los obispos, y por otro, como si no pasara nada, acude a los obispos para que colaboren en la promoción de sus actividades. No nos parecía razonable.

–¿Por qué se habían interpuesto las demandas?

–Porque HazteOir entendió vulnerado su derecho al honor al vinculársele con la organización secreta el Yunque en el informe preparado por el seglar de Toledo. La sentencia de mayo de 2014 desestimó la demanda, consideró probada la pertenencia de algún directivo de HazteOir al Yunque y declaró que el informe es esencialmente veraz.

–¿Qué ha sucedido después?

–En octubre, el portal Infocatólica, publica una entrevista a Mons. José Ignacio Munilla, obispo de San Sebastián, en la que denuncia el daño que hacen las organizaciones secretas en la Iglesia, sin dar ningún nombre, y el perjuicio que provocan en las asociaciones en las que actúan sus miembros.

Después, en febrero de 2015, el portal Aleteia publica un artículo sobre el Yunque en el que comenta el contenido de la sentencia de mayo de 2014. La publicación de este artículo provoca una serie de reacciones que llevan a la publicación de las notas de las diócesis de Getafe y de Toledo.
En ese artículo, siguiendo en parte el informe del seglar de Toledo, se afirma que hay miembros del Yunque en algunas asociaciones como HazteOir, Profesionales por la Ética, Instituto de Política Familiar y Ayuda a la Iglesia Necesitada. Los directivos de algunas de estas asociaciones acuden entonces a la dirección de Aleteia pidiendo la retirada del artículo o una rectificación. Desde el portal Aleteia contactan conmigo y me preguntan si lo que se dice en él sobre el Yunque es correcto. Yo respondo que sí, que no añade nada nuevo y se atiene a lo dicho en el informe de referencia. Entonces Aleteia pone un encabezado al artículo indicando que yo ratifico su contenido. Desde Aleteia me propusieron algo más que el encabezado a su artículo. Después de consultarlo, opté por una entrevista larga que ese medio tituló “El Yunque existe y hace daño a la Iglesia”.

Tras lo publicado en el portal Aleteia, hemos mantenido en el obispado de Getafe dos encuentros: uno con la cúpula de la Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN) en España y otro con el Presidente y un directivo de HazteOir. El primer encuentro se llevó a cabo en un clima eclesial inequívoco y de sincera colaboración, y ha servido para que AIN se desmarque del Yunque y de alguno de sus miembros. El segundo encuentro no ha tenido el mismo resultado.

–¿Cómo surge la nota publicada por ustedes el 10 de marzo?

–El Presidente de HazteOir pidió una entrevista con los obispos de Getafe, que tuvo lugar el 5 de marzo, y que sirvió para evidenciar que no había posibilidad de acuerdo.

Para centrar la entrevista nosotros llevamos por escrito en dos páginas los puntos que nos preocupan de HazteOir: la falta de confianza motivada por la interpretación extraña que el Presidente de HazteOir ha hecho de la sentencia de mayo de 2014; la continua negativa de la presidencia y directiva de HazteOir a reconocer la presencia del Yunque en su asociación, a pesar de ser un hecho que se ha considerado probado en sede judicial; el modo en que HazteOir entiende la colaboración con la Iglesia y con otras formas de apostolado seglar; la reivindicación, cuando interesa, del carácter civil de la asociación y el considerar irrelevante que sus miembros puedan pertenecer a una organización secreta. El punto clave del desencuentro está en el tema del Yunque.

Consideramos necesario publicar una Nota cuando leímos la crónica que el Presidente de HazteOir había hecho de nuestra entrevista. En ella omite los puntos de preocupación que habían sido objeto de diálogo y nos atribuye incluso el haber afirmado que no existe ninguna objeción moral para colaborar con HazteOir, cuando, en realidad, le repetimos que si se sabe que en HazteOir hay miembros del Yunque y no se piensa actuar para evitarlo, nos parece muy problemático colaborar con HazteOir.

Al insistir en este punto, el Presidente de HazteOir reivindicó el carácter civil de la asociación y nos pidió, en consecuencia, que, como obispos, no habláramos de ella, ante lo cual le preguntamos si era consciente de la gravedad de lo que nos estaba pidiendo: ¿acaso los obispos no pueden advertir a los católicos que colaboran en HazteOir de que en esa asociación está presente una organización secreta?

En la nota nos limitamos a señalar que el principal punto de desencuentro se debe al problema del Yunque y hacemos pública la petición de que no acudan a las instituciones diocesanas (parroquias, delegaciones, etc.) para dar a conocer o promocionar sus actividades.

–Entonces, ¿por qué no es irrelevante que haya miembros del Yunque en HazteOir?

–Para descubrir que no es irrelevante, es necesario no quedarse en la superficie y buscar el fondo del problema. A la hora de valorar el problema del Yunque en HazteOir y en otras asociaciones afines, podemos fijarnos en tres niveles.

El primer nivel es el más externo y se refiere a las obras que lleva a cabo. Nadie pone en tela de juicio la entrega de muchas personas que trabajan en HazteOir y la altura de muchas de las iniciativas que impulsa para dar a conocer la defensa de muchos derechos que hoy están siendo vulnerados. A este nivel se podrá discutir si tal o cual estrategia es mejor o peor, pero eso, naturalmente, no nos corresponde a nosotros valorarlo.

Muchas personas valoran HazteOir únicamente por los fines que pretende promover, se involucra en sus estrategias y no se cuestiona los medios que emplea. La mayoría de los socios piensa que los únicos medios que emplea son las iniciativas promovidas por los mismos socios y no quiere admitir lo que sucede con personas que salen dañadas tras colaborar con HazteOir o con las divisiones que están creando entre católicos de otras asociaciones que promueven los mismos fines.

El segundo nivel se refiere a las personas que salen dañadas tras haber trabajado con generosidad en HazteOir. No son dos o tres. Cada vez tenemos noticias de más y el motivo del daño es siempre el mismo: la presencia de miembros del Yunque en HazteOir. El daño llega a matrimonios rotos porque uno de los esposos considera más importante el juramento al Yunque que el vínculo matrimonial, o familias heridas porque los hijos han sido captados por el Yunque cuando toda la familia trabajaba en HazteOir. Cuando estas personas afectadas lo han comunicado a la directiva de HazteOir han recibido silencios, descalificaciones y algunos han tenido que soportar demandas judiciales. Al Presidente de HazteOir le preguntamos si se consultó a los socios de HazteOir cuando su asociación demandó al seglar de Toledo por haber preparado un informe sobre el Yunque para la Comisión Episcopal para la Doctrina de la Fe; y si los socios estaban de acuerdo en que el tiempo, dinero y energías que ellos dedican a la defensa de derechos hoy vulnerados se apliquen a presentar demandas contra otros católicos. Esto mismo ha vuelto a pasar recientemente. A la vez que HazteOir ha organizado un Congreso sobre los cristianos perseguidos con ponentes de un valor testimonial insuperable, un grupo italiano de abogados, contratado por HazteOir, ha anunciado al portal Aleteia que iniciará acciones legales si no retira o rectifica el artículo mencionado sobre el Yunque.

–¿A qué responde este tipo de actuaciones?

–Cuesta creer que lo único que se pretende es defender el derecho al honor, pues el vínculo del Yunque con algún directivo de HazteOir ya se ha considerado probado en la sentencia de mayo de 2014. Las reacciones de algunos portales católicos tras el artículo publicado por Aleteia ha servido para destapar de forma aún más clara lo que está en el fondo de esta polémica: una nueva forma de integrismo que pretende ganar espacios de poder para alcanzar sus fines. No olvidemos que el portal Aleteia es el más visitado en el mundo después de la web de la Santa Sede y que la versión internacional de HazteOir, la plataforma CitizenGo, está en proceso de expansión.

Eso es lo que encontramos en el tercer nivel y justifica la manera en que la presidencia y algunos directivos de HazteOir entienden la relación con la Iglesia católica y el apostolado asociado de los fieles laicos. El problema que subyace de fondo es muy grave, pues denota una comprensión deformada de la Iglesia y del modo de colaborar los laicos, bien sea en asociaciones civiles o canónicas. El vicio originario del Yunque está en justificar la mentira y el engaño para no revelar la pertenencia a esa asociación, porque consideran que así serán más eficaces a la hora de alcanzar el fin que pretenden: instaurar el Reino de Cristo en el mundo. Sin embargo, tan dañino para la Iglesia es el disenso que nace de una visión dialéctica que enfrenta continuamente a los fieles con la jerarquía, como el integrismo de quienes, creyéndose amparados en la “recta doctrina”, justifican cualquier medio (incluida la mentira) para defender un fin elevado. El resultado en ambos casos es el mismo: la división entre los católicos y la perversión de la misión evangelizadora de la Iglesia.

–¿Los miembros del Yunque no entienden un principio moral tan conocido como que el fin no justifica los medios?

–El Yunque surge a inicios de los años cincuenta del siglo pasado en México como la respuesta de un joven universitario católico a la instigación continua que la Iglesia católica padecía por culpa de la masonería. Inspirándose en los cristeros, este joven idea una organización secreta (“discreta” o “reservada”, dicen ellos), en la que sus miembros se consideran mitad monjes y mitad soldados, y reivindican para sí, inspirándose en un texto de san Ignacio de Antioquía, la firmeza y constancia de un yunque. Consideran el Yunque como un camino de santificación y se vinculan a la organización mediante un juramento de por vida que les obliga a mantener en secreto su pertenencia.

Después de que Aleteia publicara la entrevista en la que hablo sobre el Yunque, una persona que había pertenecido a esta asociación secreta me hizo llegar el siguiente mensaje: “Lo que también deberían hacer los obispos es decir que el juramento del Yunque no tiene ningún valor. Hay muchos que estarían dispuestos a dejarlo, pero consideran que no pueden ser infieles al juramento. Les han inculcado que la pertenencia al Yunque es camino de santificación. Y lo que hay que decir con toda claridad es que no puede ser camino de santificación aquello que me obliga a vivir en la mentira”. La legitimación del uso de la mentira lleva a otros problemas muy serios que nunca podrán ser justificados, por más que se invoque un fin muy elevado. Entre esos problemas están la captación de jóvenes y el adiestramiento con métodos paramilitares, la infiltración y manipulación de asociaciones católicas o el acoso a las personas que dejan la organización.

–¿Qué reacciones ha habido ante la Nota de marzo?

–Después de publicar la Nota de nuestro obispado, hemos recibido algunas cartas de personas que, después de años trabajando en HazteOir, aseguran que el tema del Yunque es un bulo o que, en caso de ser verdad, es un problema minúsculo comparado con el bien que hace HazteOir. A estos les hemos contestado invitándoles a no quedarse en la superficie de las iniciativas que promueven y les hemos hablado de las personas que han sido dañadas por el Yunque cuando colaboraban con HazteOir. Sin embargo, han sido muchas más las personas que nos han contactado para agradecernos la valentía mostrada al publicar la Nota y nos han comunicado que, por primera vez en su vida, se han sentido escuchadas y acogidas en la Iglesia tras pasar por la experiencia del Yunque. Algunas nos han abierto su corazón y nos han contado el calvario por el que han pasado hasta verse liberados de los lazos de esa asociación secreta. No es irrelevante recordar que estas personas fueron captadas por el Yunque cuando trabajaban en HazteOir y en otras asociaciones afines.