Semana 22-28 de mayo de 2017.

CANONIZACIÓN DEL P. FAUSTINO, UNA GRAN NOTICIA


Cuando los Escolapios están celebrando el Año Jubilar Calasancio, a los
cuatrocientos años de la creación de la Orden  y a los doscientos cincuenta
de la canonización de S. José de Calazanz, recibimos con gozo la noticia de
que un padre escolapio, el P. Faustino Míguez, que vivió, trabajó y murió
en la ciudad de Getafe, será canonizado por el Papa Francisco el próximo
quince de octubre.



Estamos ante un hecho que nos llena de alegría y nos confirma con renovada
fuerza que el testimonio de los santos sigue fecundando la vida de la
Iglesia con vitalidad siempre nueva. La canonización del P. Faustino es un
acontecimiento en el que se propone a los creyentes el ejemplo de un hombre
que, siguiendo las huellas de Cristo, según el estilo trazado por S. José
de Calasanz, vivió su vocación de amor a Dios y a los hombres  entregando
su vida sin límites, en el difícil campo de la educación de los niños y
jóvenes. Su ejemplo nos urge a revitalizar nuestra vocación de  santidad,
siendo fieles a la vocación a la que Dios nos haya llamado.



El P. Faustino nació el 24 de marzo de 1831 en una pequeña aldea de la
provincia de Orense. Su familia, de origen humilde y dedicada a las tareas
del campo, supo forjar en él los pilares que marcarían su vida y su
vocación: la fe en Dios, la oración, la devoción a María, la solidaridad
con los pobres y el trabajo. Tras realizar los estudios primarios en la
escuela de su pueblo, se trasladó al Santuario de Nuestra Señora de los
Milagros en Calanova para estudiar humanidades y latín. Fue allí donde
descubrió su vocación: ser sacerdote y educador según el carisma de S. José
de Calasanz.



El dos de octubre de 1883, en S. Lucas de Barrameda, viendo el problema de
las niñas sin escolarizar, funda, con el beneplácito de su sus superiores,
 el Instituto Calasancio Hijas de la Divina Pastora, cuya objetivo queda
claramente definido en las palabras del fundador recogidas en uno de los
primeros documentos del Instituto: “Buscar almas y encaminarlas a Dios por
todos los medios que estén al alcance de la caridad, para que animadas de
un espíritu apostólico y con una abnegación sin límites, acudan al lado de
las que las necesiten, aun con exposición de su propia vida, sin más armas
que las de la caridad, ni otro móvil que el de la gloria de Dios.”



Las religiosas, fundadas por el P. Faustino, son conocidas en Getafe, donde
dirigen un importante Colegio, como “las pastoras”. Ellas,  fieles al
espíritu de su fundador, se sienten llamadas a acercarse a los hombres y
mujeres de hoy para acompañar, liberar, escuchar, dar la vida y ser
presencia  sencilla de Jesucristo en nuestro mundo, estando atentas a las
situaciones de muchas mujeres, niños y jóvenes necesitados del pan de la
cultura, de la educación y “de la piedad y  las letras”, como diría S. José
de Calasanz.