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CONFIRMACIONES (1)

* Vais a recibir la fuerza del Espíritu Santo para conocer más a Jesús y conociéndole más amarle más y amándole más seguirle más de cerca, hasta el punto de tener sus mismos sentimientos y poder llegar un día a decir, como decía el apóstol S. Pablo: “para mi la vida es Cristo”. Que es lo mismo que decir: no puedo entender la vida sin Cristo; sin Cristo la vida carecería de sentido para mi. Cristo lo es todo para mi. Él es mi tesoro. Él llena mi vida.

* Lo mismo que a los apóstoles, según nos dice hoy el evangelio, Jesús se acerca a vosotros y os dice lo mismo que les dijo a ellos: “¿por qué tenéis miedo? ¿por qué surgen dudas en vuestro interior? (...) Soy yo en persona” (Lc.24,35-38). En este encuentro, es Él quien toma la iniciativa. Es Él quien se acerca a vosotros para quitar de vuestro corazón todas las sombras, todas las dudas y todos los miedos. Realmente, es Él quien os busca.

Es verdad que en vosotros, también ha habido una búsqueda y un deseo grande de conocerle Y lo habéis demostrado en esta larga y sincera preparación para recibir este sacramento. Pero si Él no hubiera tenido la iniciativa, nunca le hubierais encontrado. “Él nos amó primero”. Él ha despertado en vosotros el deseo de conocerle. Él quiere estar con vosotros y os invita a seguirle. La fe es un encuentro, es la experiencia de un encuentro: “No se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva” (DCE 1). Es el encuentro con Alguien que os ama inmensamente y quiere llenar de alegría vuestras vidas.

En este día tan especial, en el que todos queréis vivir con plenitud este encuentro con Jesús os invito a fijar vuestra mirada en Él. Él es el Maestro de la verdadera sabiduría y el Señor de vuestras vidas. Él es el único que puede ofreceros respuestas que no engañan ni decepcionan.

* Seguid a Jesús. No tengáis miedo de acercaros a Él. No tengáis miedo de hablar con Él cara a cara, como se habla con un amigo. No tengáis miedo de la vida nueva que os ofrece.

* Es verdad que Jesús es un amigo exigente. No quiere “medias tintas”. No quiere superficialidad, ni mediocridad. Él no lo quiere y vosotros tampoco. Él pide metas altas. Él pide salir de uno mismo para ir a su encuentro, entregándole la vida. Quiere que seamos como el grano de trigo que muere para dar fruto. “Quien pierda su vida por mi y por el evangelio la encontrará” . No tengáis miedo. ¡Acercaos a Jesús!. Él nunca os va a defraudar.

* Vosotros que habéis sido regenerados por el Bautismo y ungidos por el Espíritu Santo:

- Conversad con Jesús en la oración y en la escucha de su Palabra.

- Gustad la alegría de la reconciliación en el sacramento de la Penitencia.

- Recibid el Cuerpo y la sangre de Cristo en la Eucaristía.

- Acogedle y servidle en los hermanos.

* La intimidad con Jesús nos conduce siempre al hermano, hasta el punto de que en el hermano descubrimos el Rostro del mismo Cristo. En el hermano encontramos a Jesús.

Jesús vive en el hermano que sufre (soledad, pobreza, fracaso o tristeza), pidiéndonos que, en su nombre, enjuguemos todas las lágrimas.

Jesús vive en aquellos que buscan y no encuentran (porque buscan mal), pidiéndonos que, en medio de ellos, seamos sus testigos y seamos como sus embajadores, que le hemos encontrado, ayudándoles a descubrir a Jesús, el camino, la verdad y la vida.

Jesús vive en vuestra parroquia y os invita a ser, en ella, constructores de fraternidad y de diálogo, en torno a la mesa fraterna de la Eucaristía.

* Y , en la casa donde vive Jesús, encontraréis la presencia entrañable de María, que supo aceptar con valentía el plan de Dios, se fió de Él, se puso en sus manos y es para todos nosotros modelo del verdadero discípulo.

Pedimos hoy especialmente su intercesión para que él Espíritu Santo que vais a recibir os llene de consuelo, de paz, de fortaleza y de sabiduría para ser, en medio del mundo, testigos valientes, de su Hijo Jesucristo.