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Más de una veintena de jóvenes pertenecientes al Movimiento de Cursillos peregrinaron desde Moraleja de Enmedio hasta el Santuario de Santamaría de la Cruz en Cubas de la Sagra el pasado sábado 2 de abril en un encuentro fraternal interdiocesano.

Paula Bugallo Gallego, responsable del Área de Jóvenes de la Comisión Permanente del MCC-Getafe ha explicado que hace 6 meses un pequeño grupo de jóvenes cursillistas de la Diócesis de Getafe, decidieron ponerse en marcha, preparando una peregrinación desde la Parroquia San Millán (Moraleja de Enmedio) donde se encuentra, el ‘Prodigio Eucarístico’, hasta el Santuario de Santa María de la Cruz (Cubas de la Sagra), donde se apareció la Virgen a una niña llamada Inés el 3 de marzo de 1449.

Además, prepararon la peregrinación con el libro de Sebastián Gaya ‘Etapas de un peregrinar’ en el que se relata que los peregrinos “somos viandantes, según la teología viadores, es decir, seres que estamos en vía, en camino: el camino con más o menos posadas de paso, que nos lleva a la eternidad”.  

“Ha sido una jornada maravillosa, en la que durante esos casi 20 km. hemos caminado, cantado, rezado, sufrido, cansado, reído, llorado, en resumen hemos compartido la vida y   experimentado ese triple encuentro que siempre decimos en cursillos, el encuentro con uno mismo, con el hermano con el que he compartido mi camino, que es la comunidad, esa Iglesia que nos acoge, y, por el último, el encuentro con el Padre que nos ama y nos recibe siempre al final del camino, de ese gran peregrinar que es nuestra vida” explica Paula.

Su sentir ha sido compartido por muchos de los peregrinos participantes tanto de la Diócesis como de fuera. 

Angel Arcicollas, joven de 24 años de Getafe expresa que “para mí la peregrinación fue un reencuentro con la iglesia viva y joven. Fue un encuentro con Cristo y todos sus hijos «de colores”, enamorados de Dios y confiados a su amor”.

Otra joven de Getafe, Carmen Gómez-Acebo, de 19 años y de Getafe recuerda que a través de la peregrinación comprendió mejor qué es caminar en fraternidad y se sorprendió “cómo el amor al Señor y al hermano es lo que arranca todo el servicio que hay detrás…”.

“Esta peregrinación me ha ayudado a reflexionar y prepararme para la Pascua. Además, he conocido también la historia de Santa María de la Cruz, y todo ello con la comunidad de cursillos de Getafe que ha juntado a jóvenes de otras zonas enriqueciendo la experiencia” explica Teresa Togores, joven de 28 años de Madrid.