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Con motivo de la celebración del CXXV aniversario de la Adoración Nocturna en Ocaña (Toledo), se celebró el pasado 25 de junio una vigilia interdiocesana de Espigas en la que participó la Diócesis de Getafe para dar testimonio de unidad, de esfuerzo, fe y constancia a todos los adoradores y demás asistentes que  se trasladaron hasta esta localidad  para acompañar a familiares y amigos.

La vigilia comenzó con la recepción de banderas en la Parroquia San Juan Bautista (Ocaña), donde se registraron más de 500 asistentes de secciones de la Diócesis de Toledo, Getafe y Ciudad Real. 

Una vez realizado el registro de secciones, comenzó la Procesión de Banderas hasta la Parroquia Santa María de la Asunción, donde se inició el rezo de Vísperas y se celebró la santa Misa presidida por D. Braulio Rodríguez Plaza, Arzobispo emérito de Toledo y concelebrada por sacerdotes consiliarios de la A.N.E.

En la homilía, Rodríguez Plaza expuso la importancia de la fe y de la constancia en los distintos adoradores que habían pasado desde el inicio de la fundación de la Sección de Ocaña hasta nuestros días, pues 125 años, eran ya una cifra importante y señaló que “gracias al ejemplo de esos adoradores que se han quedado en el camino y de otros que hoy siguen adelante, se puede celebrar un acontecimiento tan importante”.

El prelado tuvo un momento de emoción al escuchar que habían acudido las secciones de Cubas de la Sagra y de Griñón, ambas de la Diócesis de Getafe, ya que fueron su primer destino cuando fue nombrado presbítero hace 50 años.

Al final de la celebración se hizo entrega de la insignia de “Adorador constante ejemplar” a Jesús, Adorador de la Sección de Ocaña, quien también fue obsequiado con un agradecimiento especial desde Roma por su labor y constancia, así como con un presente por parte de la Parroquia por su labor de tantos años de ayuda tanto en los dominicos como en el templo.

Acto seguido se inició la procesión por distintas calles de Ocaña hasta el mirador de la Fuente Grande donde se procedió a bendecir los campos con el Santísimo.

De regreso a la Parroquia Santa María de la Asunción comenzaron los turnos de vela, que terminaron con el rezo de laudes, la bendición y reserva del Santísimo.

Para acabar el acto y dar las gracias a la comitiva por el acompañamiento durante la vigilia, la Sección de Ocaña ofreció un desayuno a todos los asistentes.