Las familias de la Parroquia Santo Domingo (Alcorcón) disfrutaron de un magnífico día de convivencia el pasado domingo 4 de junio, en el Colegio Seminario de Rozas de Puerto Real.
A pesar de que el comienzo pareció un poco frío, el encuentro se fue transformando en algo completamente diferente al irse integrando los miembros de la comunidad parroquial. Al compartir cada uno su dimensión humana y su dimensión cristiana, y de muchas de ellas su dimensión pastoral.
También contribuyeron los juegos posteriores, la celebración de la misa en ese entorno tan privilegiado y el soplo del Espíritu Santo en la solemnidad de Pentecostés.
Siguieron muchos momentos importantes, como el de compartir todo en la comida, ver cómo un padre mandaba a su hijo mayor a cuidar de todos los pequeños porque estaban muy cerca del río y era peligroso, el rato para el café, la charla, la risa, el entusiasmo, la alegría y sobre todo la oración en la capilla. Este último fue un momento muy bello e íntimo entre todos.Como conclusión de la jornada se puede decir que es necesario conocer a las personas de la comunidad parroquial de la que formamos parte. Sobre todo ese interior cristiano y humano que nos une y nos hace hermanos. También es importante abrirse a los demás, y apoyarles y ayudarles. Se necesitan más convivencias para unir y estrechar lazos.
La gran mayoría de los cristianos, viven la fe para salvarse olvidando la dimensión comunitaria de la misma, lo que Jesús enseñó: que, para salvarnos, no solamente debemos amarlo a Él, sino que también tenemos que amar a los demás. Y amar a los demás es compartir, es convivir.
