El papa francisco -siguiendo diversas peticiones del pueblo de Dios- ha instituido el Domingo III del Tiempo Ordinario, que este año se celebra el 26 de enero, como «un domingo completamente dedicado a la Palabra de Dios para comprender la riqueza inagotable que proviene de ese diálogo constante de Dios con su pueblo».
Se trata del Domingo de la Palabra de Dios, anunciado a través de la carta apostólica ‘APERUIT ILLIS’ publicada el pasado 30 de septiembre de 2019.
El santo Padre indica que no es una casualidad que coincida con la cercanía inmediata del octavario de oración por la unidad de los cristianos: «Celebrar el Domingo de la Palabra de Dios expresa un valor ecuménico, porque la Sagrada Escritura indica a los que se ponen en actitud de escucha el camino a seguir para llegar a una auténtica y sólida unidad» (n. 3).
Para orientar la celebración de este primer Domingo de la Palabra de Dios, el vicario episcopal para la Evangelización y la Transmisión de la Fe, Jesús Úbeda, ha escrito una carta a los sacerdotes, de acuerdo a la Aperuit Illis, con algunas sugerencias:
-Será importante que en la celebración eucarística se entronice el texto sagrado, a fin de hacer evidente a la asamblea el valor normativo que tiene la Palabra de Dios (n.3).
-De manera especial, será útil destacar su proclamación y adaptar la homilía para poner de relieve el servicio que se hace a la Palabra del Señor (n. 3).
-Los párrocos podrán encontrar el modo de entregar la Biblia o uno de sus libros, a toda la asamblea, para resaltar la importancia de seguir en la vida diaria la lectura, la profundización y la oración con la Sagrada Escritura, con una particular consideración a la lectio divina (n. 3).
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