Jornada de Responsabilidad en el Tráfico

‘El transporte y la movilidad: creadores de trabajo y contribución al bien común’

Domingo 5 de julio

La Diócesis de Getafe se une a la Jornada de Responsabilidad en el Tráfico el próximo domingo 5 de julio. El Delegado de Pastoral de la Carretera Juan Antonio Rodríguez Beltrán invita a todos sacerdotes a recordar esta jornada en las eucaristías del día y a los fieles diocesanos “a ser prudentes en las carreteras sobre todo en estas fechas de largos desplazamientos vacacionales”.

El lema elegido este año para la jornada ‘El transporte y la movilidad: creadores de trabajo y contribución al bien común’ por los obispos de la Subcomisión de Migraciones y Movilidad Humana de la Conferencia Episcopal quiere enviar un mensaje a la sociedad en general y a todos los profesionales que desarrollan su trabajo en la carretera especialmente golpeados por la crisis del COVID-19.

Coincidiendo con el inicio de los desplazamientos masivos, los obispos de este departamento, en su mensaje para el domingo 5 de julio, destacan que el transporte y la movilidad humana generan muchos puestos de trabajo que se han visto afectados por la crisis del coronavirus: “Han sido meses en que muchos vehículos han tenido que estar parados por el Covid-19. En muchos hogares no ha habido ingresos, pero sí muchas pérdidas económicas para muchas personas. Rezamos por todos ellas”, señalan.

Y subrayan que: “este año, la siempre festiva y sonora celebración de San Cristóbal tendrá seguramente un carácter distinto, debido a la pandemia del coronavirus y a la crisis laboral y económica que padecemos, y que afecta de lleno al transporte”.

Los obispos insisten en que no hay que pasar de largo ante los problemas y limitaciones de quienes se cruzan en nuestro camino: “seguramente hay compañeros vuestros a quienes el prolongado periodo de inactividad les ha dejado en una situación precaria. No les dejemos solos, procuremos darles una mano, según nuestras posibilidades. Seamos buen samaritano para nuestros hermanos”.

También piden que se conduzca con responsabilidad, sin prisas y pensando en los demás: “conducir, y conducir bien, es un modo de ejercitar el sentido de responsabilidad y la caridad, es un acto moral. […] La prisa genera nerviosismo y se traduce, si falta el autocontrol, en intemperancias, insultos o en adelantos peligrosos que ponen en riesgo la propia vida y la de los demás. Tengamos presente lo que nos decía el Papa Francisco, advirtiendo de cómo el escaso sentido de responsabilidad está causado “por unas prisas y una competencia asumida como forma de vida que convierte al resto de conductores en obstáculos””.

También invitan los obispos a respetar las normas de tráfico que, dicen, tienen que ser respetadas no por miedo a una multa, sino por convicción: “¿pensamos alguna vez con calma sobre la grave responsabilidad que asumimos cuando viajan con nosotros otras personas? Es como llevar con nosotros algo valioso pero muy frágil, que tenemos que cuidar”.

Apuestan por reforzar la educación vial a los niños y jóvenes en edad escolar, así como concienciar a conductores y peatones de que la seguridad vial depende, en buena parte, de cada uno. Y denuncian que en las carreteras sigue habiendo muchos puntos negros y que algunas no están en condiciones.

Finalmente, los obispos reconocen la contribución del sector del transporte y la movilidad al bien común pues generan muchos puestos de trabajo. Y envían un mensaje de aliento a todos aquellos que han tenido que parar por la pandemia viéndose abocados a una situación muy precaria: “la Iglesia, como madre amorosa, quiere salir a vuestro encuentro y estar cerca de vosotros, orar por vosotros y con vosotros, en la seguridad de que, ahora como entonces, Jesús sigue recorriendo nuestras ciudades y pueblos”.

Más información aquí: