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Más de 450 personas, entre las que estaban el obispo de Getafe, D. Ginés García Beltrán, 75 familias, 50 monitores y 12 sacerdotes diocesanos, participaron entre el 24 y el 30 de agosto en el 13º encuentro vacacional en familia organizado por la Acción Católica de Getafe, una verdadera fiesta. 

 

Por primera vez, este encuentro tuvo lugar en la Casa Diocesana de Málaga, después de que las 12 primeras ediciones tuvieran lugar en Tortosa. 

Este ‘Familión’ fue organizado bajo la coordinación de tres matrimonios diocesanos, los formados por Miguel Ortega y Ana Sánchez, Miguel Lanchares y Mari Ángeles Rincón y Antonio Díaz y Patricia Castromil, con el acompañamiento del sacerdote Javier Bescós.

Para Miguel Ortega, “organizar estas vacaciones ha sido un lujo, un privilegio. Y ver cómo la gente ha disfrutado, todo un regalo”.

Este encuentro combinó descanso en familia, adoración y eucaristía diaria, cursos formativos, convivencia, excursiones culturales y deporte. 

En paralelo, 50 jóvenes monitores, coordinados por el sacerdote Rafael de Tomás, desarrollaron actividades lúdicas y formativas para los 250 menores de 18 años que asistieron. 

El hilo conductor de toda la semana fue el amor del Corazón de Jesús, en el año del Centenario de la Consagración de España, que no pudo tener mejor escenario: el Seminario malagueño, fundado por san Manuel González y consagrado al Corazón eucarístico de Cristo. 

Los cursos formativos sobre liturgia (impartido por Jesús Folgado), Sagrada Escritura (a cargo de Andrés Castellanos), espiritualidad conyugal (por Javier Mairata), teología de la belleza (por Jesús Parra) y el sentido de la vida (por Miguel Ortega) fueron todo un éxito, según sus participantes. 

También tuvieron una gran participación y acogida las conferencias monotemáticas ofrecidas a lo largo de la semana sobre diversos temas de actualidad. 

Las noches, reservadas al asueto y la convivencia a través del cine, las tertulias, la música y el humor, fueron también muy bien valoradas. 

Los niños, por su parte, disfrutaron muchísimo. Pastora y Manuel, de 12 y nueve años, respectivamente, aseguraban al terminar que el año que viene piensan repetir. “Y vamos a invitar a nuestros amigos”, decían. 

Todo, con efe de fiesta y de familia.