ordenados2016

"¿Necesitas algo?" Estas son las primeras palabras que Javier Contreras, párroco de San Josemaría Escrivá de Balaguer, parroquia de Alcorcón, le dirigió a su asaltante en la mañana del jueves  24 de septiembre, fiesta de la Merced.

Con esta frase Contreras recibe a los cientos de personas que acuden en busca de ayuda a su templo. Él les acoge, primero con palabras de ánimo y luego con donativos de Cáritas.

Este año durante el confinamiento, el párroco ha organizado varias iniciativas solidarias, como la recogida de alimentos a las puertas de los centros comerciales y supermercados de la zona y ha llegado a recoger 30 toneladas que posteriormente fueron distribuidas entre las familias necesitadas del municipio alcorconero.

Por eso, cuando el joven de 29 años, armado con un puñal, le respondió: “vengo a matarte (…) no me importa ir a la cárcel”,  Javier le insistió y volvió a preguntarle “¿Por qué haces esto? Aquí tratamos bien a la gente, hemos repartido toneladas de alimentos”.

Esas fueron, según Contreras, las palabras que le salvaron la vida: “Cáritas me ha salvado la vida”, ya que después el atacante añadió: “por eso no te he matado”.

El sacerdote, de 73 años de edad, fue agredido a las 7.10 de la mañana, nada más bajarse de su coche tras aparcar en las inmediaciones de la parroquia, a la que se dirigía con el fin de abrir el templo para celebrar la primera misa del día.

Fueron unos tensos minutos de forcejeo: “no me voy a dejar matar” le aseguró Contreras al joven, con claros signos de discapacidad mental, que se abalanzó sobre él y le hirió primero en el omoplato izquierdo y luego en el esternón y en las dos manos.

“Me he defendido como Bruce Lee con clerigman” señalaba el párroco, que ha llegado a forcejear en el suelo contra su atacante y ha conseguido incluso apartar el cuchillo con el pie.

Cuando se incorporó el sacerdote intentó resguardarse en un cuarto cercano, y, al ser de nuevo alcanzado por el joven, volvió a intentar calmarle, momento en el que llegó la policía y le apresó.

El párroco fue trasladado posteriormente al Hospital de Alcorcón, donde le dieron 24 puntos de sutura en la mano, brazo y hombro izquierdos. 

Al final de la mañana recibió el alta médica y por la tarde se trasladó hasta su parroquia para oficiar la misa del día, y fue visitado por el obispo de Getafe, D. Ginés García Beltrán, que quiso acompañarle en estos momentos tan delicados para el sacerdote.

24 horas después: perdón y misericordia

El viernes 25 de septiembre, apenas 24 horas después del incidente provocado por el “chico enfermo”(así lo llama el sacerdote), Javier Contreras declara “estoy bien y deseando seguir sirviendo al Señor en el trabajo de mi parroquia” y añade “hoy he vuelto a entrar en el aparcamiento de la parroquia a la misma hora que ayer, a las 7.10 de la mañana, he abierto el templo y delante del Sagrario preparé durante media hora la Eucaristía diaria de las 7.45. La misa ha sido la de la Misericordia del Señor”.

El párroco de San Josemaría Escrivá destaca que en su primera homilía del día ha querido hablar del amor del Señor y de la vocación de servicio: “he insistido en el perdón de quieres nos hacen el mal, sin guardar rencor alguno y sin perder la alegría y el deseo de seguir sirviendo a los demás”.

Y “ni por un momento me he planteado no llegar a mi iglesia a la misma hora que todos los días...” ha destacado.

Muestras de cariño

Apenas unos minutos después de saberse la noticia, el párroco empezó a recibir en el móvil gran cantidad de whatsapps y sms de sus feligreses interesándose por su salud y demostrándole su apoyo y cariño.

También el obispo de Getafe, D. Ginés García Beltrán, le llamó para interesarse por su estado y por la tarde se trasladó hasta Alcorcón para mostrarle personalmente el cariño de su pastor, visiblemente impresionado por “la fortaleza que le ha dado el Señor. Sin duda tiene una madera especial”.

También las redes sociales, como el Facebook, se hacían eco de las innumerables muestras de ánimo, esperanza, y aprecio en forma de mensajes llegados no sólo desde el municipio de Alcorcón sino también desde otros puntos de la Diócesis.

Javier Contreras  ha declarado que “está feliz y tranquilo de poder servir al Señor” y en agradecimiento a estas muestras de cariño ha escrito una carta para que sus feligreses y amigos no se preocupen por su estado de salud: 

Carta de Javier Contreras:

“Estoy bien. Se trataba de un chico joven con un proceso psiquiátrico y que parece que quería un cura menos. Las 7.10 de la mañana al abrir la iglesia para hacer oración antes de la misa de 7.45. Los dos solos en el aparcamiento. Tres puñaladas leves que podrían haber sido otra cosa, especialmente la del esternón. Me defendí como Bruce Lee con clerigman, y gracias a eso no fue a mayores. Estuve sereno en todo momento, rezando al Señor por ese pobre chico, antes, durante el forcejeo de cinco minutos..., y después: está detenido e ingresado en la unidad de psiquiatría del Hospital. 

Un pobre chico que quería matar a un sacerdote "porque los sacerdotes matamos a los niños...". Hablé con él con el cuchillo en la mano, "¿por qué haces esto con personas que ayudamos a los demás?, Mira, le dije, desde mayo hemos entregado más de 30 toneladas de alimentos en Cáritas a personas muy necesitadas", y me dijo: "por eso no te he matado" (Cáritas me ha salvado la vida...). 

Vino la policía y le redujeron entre cuatro. Luego en la comisaría uno de ellos me dijo, que coj... tiene usted Padre. En fin. La Policía amabilísima y en urgencias del Hospital ejemplares. Una enfermera me dijo, "yo sé bien quién le ha salvado a usted Padre”. 

Estoy muy tranquilo y con ganas de seguir trabajando. No hay nada de odio a Dios en todo esto, sino una crisis psicótica aguda, eso espero al menos. Un abrazo a todos”.