31/05/2025. El obispo auxiliar de Getafe, Mons. José María Avendaño Perea, ha presidido una misa en la Basílica del Sagrado Corazón con motivo del Jubileo en la diócesis, de las personas Mayores y los Enfermos.
“Cristo no pasa de largo ante el dolor humano y va al encuentro con los enfermos. Jesús, el Señor, esta mañana, se detiene ante ti, te mira, te toca”, ha dicho en su homilía.
“La compasión del corazón de Jesús no es una idea, sino una acción concreta y el Señor está presente esta mañana junto a nosotros”, ha reivindicado a continuación.
Avendaño ha asegurado que Cristo “está presente junto a cada cama de hospital, en cada hogar donde se vive la fragilidad de la enfermedad, en cada herida, y el Señor ofrece su presencia: vuestros sufrimientos pueden convertirse en fuente de gracia para la Iglesia”.
“El ofrecimiento que hacéis de vuestra enfermedad cada día edifica el cuerpo de Cristo en la Iglesia y a todos nosotros, pastores, sacerdotes, familias, voluntarios, médicos, cuidadores… el Señor nos envía como instrumentos de su ternura”.
En este sentido, ha subrayado que no se trata solo de una obra de misericordia, sino que “es una misión, eclesial, una misión de la Iglesia, acompañar con caridad y escuchar con humildad y servir con alegría”.
“Esta jornada hacer que vivamos la certeza de que el sufrimiento no tiene la última palabra” y que “en Él todo dolor puede ser redimido y todo corazón consolado, y toda noche iluminada”, ha dicho el obispo auxiliar de la diócesis.
Por otro lado, ha recordado que el Jubileo del Mayor habla de “alegría, de la vejez es una nueva oportunidad, la podemos ver como una bendición, no como una carga”. “Nosotros tenemos que romper esa lógica. La carne del anciano en la vejez es una bendición, no una carga”, ha remarcado.
A los presentes ha pedido: “No tengáis miedo de hablar de vuestra fe, de vuestras luchas, de vuestras oraciones, con vuestros nietos”.
“Los mayores –ha continuado– evangelizáis con vuestra paciencia, con vuestra ternura, con vuestra capacidad de perdonar. Ahora es tiempo de dar gracias al Señor y pedir su infinita misericordia. Estáis llamados a una vocación muy hermosa: rezar por la Iglesia, sostener con vuestra oración y vuestra cruz a los que están en primera línea en las fronteras”.
Para concluir, ha invitado a ser luz “donde estemos: en las parroquias, en las comunidades, en las familias, en los hospitales, en las residencias, en la diócesis de Getafe.
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