07/06/2025. La Catedral de Getafe ha acogido en la noche del sábado, víspera de Pentecostés, el rezo de la Salve con motivo de las fiestas de la patrona, Nuestra Señora de los Ángeles. La celebracion ha estado presidida por el obispo de la diócesis, Mons. Ginés García Beltrán.
A continuación, el texto completo de la homilía:
Queridos hermanos y hermanas en el Señor,
Querido Sr. Obispo Auxiliar. Queridos hermanos sacerdotes,
Hermano Mayor y Junta de Gobierno de la Congregación de Nuestra Señora de los Ángeles, patrona de Getafe y patrona también de nuestra diócesis. Hermanos de la Congregación.
Saludo a todos los devotos de la Virgen.
Saludo a la Sra. Alcaldesa y a los miembros de la Corporación municipal, con las autoridades civiles, militares y judiciales presentes esta noche.
Saludo también a todos los que nos seguís a través del canal de Youtube en esta celebración tan familiar para todos los hijos de este pueblo.
Nos reunimos un año más acogidos por nuestra Catedral, ante nuestra Madre, la Virgen de los Ángeles. En este encuentro anual, lleno de devoción y tradición, nos acercamos con el corazón abierto, con nuestras alegrías y preocupaciones, nuestras esperanzas y nuestras dificultades. Venimos como hijos que buscan el consuelo de su Madre, como creyentes que anhelan el amor y la guía de María.
Desde tiempos antiguos, nuestra comunidad ha encontrado en la Virgen de los Ángeles un refugio seguro, una presencia tierna que nos invita a vivir con fe y a caminar con confianza. Ella nos ha acompañado en los momentos más difíciles, nos ha sostenido cuando hemos flaqueado y nos ha iluminado cuando la oscuridad parecía apoderarse de nuestro camino. Su amor no cambia, no se debilita, no conoce límites. Ella es la Madre que nunca abandona a sus hijos, la Estrella que brilla en la noche y nos orienta hacia Cristo.
Este año, en particular, sentimos la necesidad de elevar nuestras voces con mayor fuerza, con mayor intensidad, porque los tiempos que vivimos nos desafían y nos ponen a prueba. En medio de las incertidumbres del mundo, de las luchas diarias, de los problemas que a veces parecen insuperables, volvemos nuestra mirada a María. Su ejemplo nos inspira a mantenernos firmes, a perseverar en la fe y a confiar en Dios. No estamos solos; ella camina con nosotros, nos sostiene con su intercesión y nos cubre con su manto.
María es la mujer del “Sí”, el “Sí” que cambió la historia, que permitió que el Salvador viniera al mundo. En su entrega generosa, nos enseña a vivir con amor y disposición al servicio. Nos invita a mirar a los demás con compasión, a ser instrumentos de paz en nuestras comunidades, a buscar la justicia y la verdad. En su humildad encontramos la grandeza de la fe; en su ternura descubrimos la fuerza del amor.
Queridos hermanos, en este canto de la Salve queremos rendir homenaje a nuestra Madre, queremos expresar nuestra gratitud y renovar nuestro compromiso con el Evangelio. Cada nota del canto lleva mucho corazón, el corazón de los hijos de este pueblo que se vuelve hacia la mirada de la Virgen; nadie como ella nos conoce, conoce nuestro corazón y sabe bien lo que necesitamos y lo que nos conviene. Que este encuentro no sea solo un momento de emoción, sino un impulso para vivir con mayor profundidad nuestra relación con Dios. Que la Virgen de los Ángeles nos ayude a ser auténticos discípulos, a ser testigos de la misericordia y la esperanza en el mundo.
Hoy depositamos en sus manos nuestras vidas, nuestras familias, nuestros sueños y preocupaciones. Que ella nos bendiga, nos guarde y nos guíe siempre hacia su Hijo, el Señor Jesús. Que nuestro canto sea un eco del amor que sentimos por ella, una prueba de nuestra confianza en su maternal protección.
Que la Virgen de los Ángeles nos cubra con su manto, nos fortalezca en la fe y nos conceda la gracia de vivir cada día con su presencia en nuestro corazón. Amén.
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