10/05/2025. Más de 200 personas asistieron al encuentro entre el obispo de Getafe, Mons. Ginés García Beltrán y la escritora Premio Nacional de Narrativa 2023, Pilar Adón. Un coloquio sobre la cultura y la fe jalonado por la Carta que el Papa Francisco publicó en agosto del año pasado sobre “el papel de la literatura en la formación”.

El encuentro, que tuvo lugar en la Biblioteca Municipal Almudena Grandes de Móstoles, se prolongó durante hora y media, estuvo organizado por la Delegación de Cultura y fue moderado por el decano de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Comunicación de la Universidad CEU San Pablo y miembro del Consejo Nacional de la Asociación Católica de Propagandistas, Pablo Velasco.

Para el obispo de Getafe, la literatura que leer “me ayuda en el ministerio, cuando visito a los ancianos, cuando llego a una parroquia o durante la visita pastoral a una parroquia”.

“La literatura te toca, si lees un libro y te da igual quiere decir que no lo has leído bien o no has entendido. La literatura interpela, y ante la belleza uno se emociona… Uno está leyendo y se da cuenta de que está conmovido”.

Por su parte, Adón destacó la necesidad que “tenemos de comentar los libros, es tan curioso… ha habido muchos estudios de lo que genera”, explicó. “Sabemos de qué estamos hablando, lo que estamos comentando ahora, qué sentimos cuando leemos, qué nos aporta esa emoción, esa comunión, esa complicidad que experimentamos con los personajes. También puede pasar lo contrario, que nos generen distanciamiento”, añadió.

“Hablamos de la literatura como arte, también como entretenimiento, pero mi idea es como arte, como fenómeno que nos libera, nos hace pensar, nos lleva a otra parte… Es muy íntimo” e incluso “cuando leemos un libro otra vez después de unos años nos parece distinto, los personajes y la historia, contó.

“Cada vez hay más necesidad de comentar los libros” y de ahí que “los clubes de lectura están en auge, son un fenómeno”. “Cuando leemos un libro respetamos al autor y él nos tiene que respetar como lectores. En los clubes de lectura hay un respeto absoluto, frente a la beligerancia de los debates televisados, políticos…”, afirmó en el encuentro. En definitiva, se trata de “un diálogo entre libro-lector”.

 

Jamás un Cristo sin carne

Comentando lo que afirma el Papa Francisco en la Carta acerca de que la literatura es un “acceso privilegiado al corazón de la cultura humana”, García Beltrán expresó que “un libro no se puede leer nunca a la defensiva, sería un error. Cuando leo un libro entro en diálogo, y frente a una cultura polarizada donde gana el que más grita uno entra en ese diálogo y se pone en el lugar del otro. Tiene un carácter terapéutico”.

Ambos destacaron la “voluntad de encontrar al otro” y de otra afirmación del Papa: “Jamás un Cristo sin carne”, a lo que el obispo señaló que “el Papa reivindica la encarnación eterna del Verbo: el Verbo se hizo carne”. 

“La literatura nos aporta la carne, la humanidad, para que yo a través de la creación, del acto creador que es tan Bíblico, pueda acercarme también a Dios”, dijo. 

“Me tengo que dejar enseñar por la narración, dejarme tocar, no ser indiferente. Si leyéramos más seríamos menos intolerantes, menos guerreros, guerrilleros.

La Premio Nacional de Narrativa 20023 puso de ejemplo a los sacerdotes con sus homilías. “Es ir más allá… interpretar es muy interesante, cada uno en su soledad… esa manera de hacer exégesis de los textos sagrados, fijarse tan detenidamente en las palabras, relacionar una parte de la Biblia con otra…”.

Adón reveló que en todas sus obras existe una sed de transcendencia, algo “esencial” porque “todos tenemos esa necesidad”. “El Papa habla en la carta de un Cristo próximo, un Cristo que es amor. El Cristo al que yo apelo y del que tenemos sed es de generosidad, apertura, flexibilidad, amor…”, añadió.

Ambos hablaron de cómo fueron sus inicios en el mundo de la lectura, los autores y títulos que más les han marcado y también de la irrupción de la Inteligencia Artificial.

Adón remarcó que “lo que nos hace especiales y no lo hace la IA es esto, lo que te da el leer. Una IA jamás tendrá infancia… eso nos hace únicos. Usemos las herramientas, están para servirnos, no para sustituirnos”.

García Beltrán concluyó con la certeza de que “la IA tampoco tiene corazón y una obra literaria sí la tiene. La IA nunca habría hecho el Cántico Espiritual de San Juan de la cruz”.

 

 

 

 

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