11/06/2025. “Los números hablan, pero aún más las vidas que representan”. Con estas palabras, el director de Cáritas Diocesana de Getafe, Jesús Casares, abrió esta mañana el acto de presentación de la Memoria 2024 y del estudio sociológico que radiografía la exclusión en los 48 municipios del sur de Madrid. 

Bajo el lema de la campaña del Día de la Caridad 2025, "Mientras haya personas, hay esperanza", se ha visibilizado el acompañamiento a 42.959 personas en situación de vulnerabilidad, una cifra superior a la población de muchas capitales de provincia. 

El evento ha contado con la intervención del obispo auxiliar de Getafe, José María Avendaño, el director de Cáritas Diocesana de Getafe, Jesús Casares, la responsable de Acción Social, Noelia Fernández, el sociólogo Enrique Gómez y los conmovedores testimonios de Emilia y Primavera, dos mujeres que han vivido de cerca el acompañamiento de Cáritas y pusieron rostro a los datos.

El sociólogo Enrique Gómez subrayó la eficiencia del dispositivo: “de cada diez personas que pidieron ayuda, 9 recibieron respuesta”.

 

Más de 7,5 millones de euros invertidos en esperanza 

Durante el 2024, Cáritas Diocesana de Getafe invirtió 7.540.312,48 € en sus programas. De esta cantidad, el 50,3% (3.789.863,41 €) se destinó a la formación y educación de personas excluidas del sistema educativo a través de la Escuela Comarcal Arzobispo Morcillo (ECAM FP), que celebró sus 60 años de historia con cifras que avalan su impacto: un 53% de inserción laboral entre su alumnado y un 100% de empleabilidad en los certificados profesionales. 

El resto, 3.750.449,07 € (49,7%), se destinó al conjunto de programas sociales: vivienda, empleo, infancia, mayores, mujer, inmigración, acompañamiento a personas sin hogar, ayuda psicológica y proyectos comunitarios.

 

Una red de Caridad: 109 puntos de acogida y 1.251 voluntarios

La acción de Cáritas se articula en 109 parroquias de los 48 municipios de la Diócesis de Getafe, donde 1.251 voluntarios se convierten en motor y corazón de la entidad. "Cada parroquia es un hospital de campaña donde se curan heridas de pobreza, soledad, miedo o desesperanza", señaló Jesús Casares.

 

Perfil de las personas atendidas: rostro de mujer, madre, migrante y en realquiler

El informe presentado por Enrique Gómez señala que el perfil más común de las personas atendidas es el de una mujer joven (entre 30 y 44 años), de origen latinoamericano o español, con formación básica, en situación de paro o empleo informal, que vive en habitaciones de realquiler y mantiene a su familia sola. El 60% de las personas atendidas son mujeres y el 65% no tiene un empleo estable. Un 37,6% vive en realquiler y un 70% pertenece a hogares con cargas familiares. 

"La pobreza tiene rostro de mujer", reafirmó el obispo Avendaño, quien apeló al pasaje evangélico del Buen Samaritano como ejemplo del trabajo de Cáritas: "No somos perfectos, pero estamos llamados a ser creíbles".

 

Empleo: dignidad y autonomía

El programa de empleo acompañó a 242 personas en 2024, logrando 64 inserciones laborales, es decir, un 35% de empleabilidad. Se llevaron a cabo acciones formativas con 60 participantes, muchas en situación administrativa irregular, en sectores como el comercio, la limpieza o la logística. Además, se fortalecieron alianzas con 37 empresas colaboradoras.

 

Programas con rostro

Cáritas acompaña desde el Centro para personas sin hogar de Aranjuez, donde 398 personas fueron atendidas, donde se repartieron 3.507 kits de alimentación y en donde 33 personas consiguieron un trabajo que le ayudase a salir de esa situación de calle; hasta los proyectos de infancia y mayores, con más de 600 niños y 157 personas mayores. Y, otras 1.497 personas adultas participaron en el programa de “Aulas de Cultura”, donde se trabaja por erradicar la soledad de los mayores. 

Entre los hitos del año, destaca la apertura del Centro de Día San Juan XXIII, una apuesta contra la soledad no deseada, que en pocos meses pasó de atender a 11 a 45 mayores. 

El proyecto Senderos acompaña a mujeres en exclusión, como Primavera, cuyo testimonio emocionó a todos: "No solo aprendí a coser, también aprendí valores y a sonreír". Además, compartió: "El curso me cambió la vida, me ayudó a crecer como persona y a ganar confianza. Ahora tengo esperanza". 

Emilia, desde una parroquia, afirmó: "Cáritas fue mi segunda casa. Pedí una almohada y me la dieron. Pero, sobre todo, me escucharon". También relató: "Lloré de emoción cuando vi que no solo importaba lo que pedía, sino lo que yo sentía. Eso no se olvida". 

"Detrás de cada ayuda hay una historia, y detrás de cada historia, una persona que merece ser vista, escuchada y acompañada", concluyó Noelia Fernández.

 

Las principales demandas: vivienda, empleo y alimentación

En 2024, la mayor parte de las solicitudes de ayuda fueron por dificultades con la vivienda, el acceso a un empleo digno, el alimento diario y la salud emocional. El equipo de acción social se vio obligado a triplicar las ayudas de emergencia en vivienda, con más de 130.000 euros destinados a través de ayudas a la vivienda en colaboración con la Fundación Amancio Ortega. 

Como se observa en el perfil de las personas atendidas, la crisis de la vivienda está provocando que cada vez más familias se vean obligadas a vivir todos los miembros en una misma habitación ante la imposibilidad de pagar un hogar entero. 

Además, se ha remarcado cómo en la mayoría de los barrios de los municipios de la Diócesis de Getafe, los locales comerciales se están convirtiendo en viviendas donde viven hacinadas varias personas.

 

Un llamado a colaborar

"Dios bendiga a los voluntarios, a los donantes, a las empresas con corazón", proclamó el obispo. Cáritas Diocesana de Getafe invita a hacerse donante o voluntario, a marcar la X en la casilla de la Iglesia en la declaración de la renta, y a construir una economía que ponga en el centro a las personas.

El aumento de donaciones registrado por la emergencia DANA en 2024 evidencia que la solidaridad está viva.