
07/09/2025. La parroquia de San Francisco de Sales de Parla ha acogido en la mañana de este domingo la celebración eucarística presidida por el obispo de la diócesis, Mons. Ginés García Beltrán, con motivo de la presentación a la feligresía del proyecto del centro para personas sin hogar Madre Teresa de Calcuta. Un proyecto a cargo de la diócesis y de la asociación ‘Hagamos Sonreír’, fundada por un sacerdote de la diócesis.
Después de saludar al alcalde, así como a los miembros de la corporación municipal, al responsable de Cáritas diocesana de Getafe y otros invitados, el obispo ha subrayado que “en Parla podemos decir abiertamente que siempre encontramos vuestra colaboración para todas las obras buenas. Así se construye una sociedad mejor, lo que nos hace crecer a todos en todo lo bueno”.
Reflexionando sobre las lecturas de la liturgia del día, ha expresado que “en la sociedad, en el mundo en el que vivimos, hacer llamadas a lo esencial es importante, importantísimo”, sin embargo “muchas veces nos perdemos en lo que no es verdaderamente importante”.
“Nos peleamos y discutimos en lo ‘no’ importante, y nos dejamos lo que es central. Un viaje al centro siempre es importante, al centro de lo que somos, al centro de nuestra vida, porque todo lo demás lo ordena”.
Por otro lado, García Beltrán, ha señalado que “a los cristianos, lo que nos hace llevar esta obra adelante es la primacía de Jesucristo”. “Cáritas, que da fundamento a esta obra, ¿qué es? La caridad de Cristo. No es una simple filantropía, sino el amor de Cristo que se derrama en el amor a los hermanos”.
“Los pobres –ha continuado– no son un número, una estadística, sino rostros que tienen historia, problemas… Cada pobre que viene y se acerca a nosotros, a las Cáritas parroquiales, tiene un rostro, una historia… no pedimos carnés, ni siquiera religiosos”.
Por otro lado, el obispo ha apuntado que “muchas veces queremos cambiar el mundo y nos sentimos frustrados cuando no lo hacemos, cuando quizá estamos llamados a cambiar lo poco, nuestra mentalidad, nuestra mirada, nuestro corazón”.
“Es lo que la fe tiene que hacer en nosotros, cambiar nuestro corazón para ver en cada hombre un hermano, a alguien al que acompañar y transmitir el mensaje de la salvación”, ha concluido.