29/09/2025. La ermita de Nuestra Señora de los Ángeles, patrona de la diócesis, ha acogido la Eucaristía de inicio del curso en el Seminario Nuestra Señora de los Apóstoles. El obispo de la diócesis, Mons. Ginés García Beltrán, presidió la celebración en la que comenzó su homilía dando la bienvenida especialmente a los nuevos seminaristas que comienzan la etapa propedéutica.
“Hace apenas unos días, nueve días, que celebraba mi 40 aniversario de ordenación sacerdotal”, continuó.
“Se han pasado 40 años de prisa, pero llenos de gracia. No hay más que motivos de dar gracias a Dios por su grandeza que ha sostenido mi debilidad”.
“Desde entonces el Señor ha hecho visible, quizá porque yo soy muy débil, ha hecho visible su presencia en mi vida. Me ha sostenido y en cada momento me ha ido poniendo las personas, los acontecimientos, las circunstancias que yo necesitaba para ser lo que soy y para vivir el ministerio para el que he sido llamado. Por eso, queridos seminaristas, esto que es una pobre experiencia, mi pobre experiencia, creo que es la que todos nosotros hemos vivido”, dijo.
El obispo de Getafe prosiguió: “Si cada uno de los sacerdotes que hoy estamos aquí, si cada uno de vosotros que ya lleváis un camino en el seminario pudierais también testimoniar, diríais qué grande es el Señor conmigo”.
Tras citar a San Juan de Ávila, patrono del clero secular español, ha subrayado que “el Señor nos ha llamado para lo más grande” y “esto no quiere decir que el resto de las vocaciones en la Iglesia no sean importantes, importantísimas, pero el Señor nos ha llamado y nos ha destinado para algo sublime, ser compañeros en el camino de nuestros hermanos para su gloria y para la salvación”.
“¿Cuántas oportunidades va a poner el Señor en nuestra vida, pondrá en nuestra vida, para que vosotros seáis esos portadores de la gracia? A través de la predicación del Evangelio, a través de la celebración de los sacramentos, a través de la vida de la caridad, a través de la comunión fraterna. ¿Cuántos y cuántos momentos que el Señor os va a hacer conscientes de que os ha llamado para cosas grandes?
La voluntad de Dios
Comentando las lecturas de la liturgia del día, y dirigiéndose a los seminaristas, García Beltrán ha recordado que “el Señor te conoce, y el conocimiento del Señor es amor, y por tanto el Señor te conoce y te ama, y quiere para ti lo mejor, y quiere que tú seas feliz”.
“Cada día, cada segundo, cada momento que pasa en mi vida estoy más convencido que la felicidad está en hacer lo que Dios quiere, aunque me fastidie, aunque me cueste trabajo, pero ahí está la clave de la felicidad”.
“La felicidad –ha continuado– no está en labrarme mi propia escultura, para mi propia fama, para mi propia comodidad, para mi propio bienestar, sino en hacer lo que Dios quiere. Y por eso, claro que Jesús conoce a Natanael, y claro que Jesús me conoce a mí, y claro que Jesús conoce a cada uno de nosotros, y nos tiene destinados a la felicidad. Por eso los sacerdotes somos como ángeles, muchas veces no se nota, pero somos como ángeles”.
Tomando como referencia la fiesta de los Santos Arcángeles, ha manifestado que cada uno de ellos, y lo que significan, encierra “el secreto de la vida sacerdotal”. “Miguel, ‘quién como Dios’, el defensor de la Iglesia, aquel que lucha a favor del bien y contra el mal. ¿Por qué está en la vida del hombre? La vida del hombre desde los Santos Padres se nos presenta como una gran batalla, lucha del bien y contra el mal”.
“Y Miguel está ahí, Miguel es un signo doble que nos identifica mucho a los sacerdotes. Uno, la gloria de Dios, ‘quién como Dios’, y otro, la fidelidad. ¿Para qué quiero yo ser sacerdote?, ¿para ser oír o no?, ¿para ir a una monarquía? Tampoco. ¿Para hacer muchos amigos? Seguro que hay más”. “Nosotros somos sacerdotes para la gloria de Dios”, ha dicho.
“Somos sacerdotes para la gloria de Dios, para que Dios sea glorificado, para que el Señor sea conocido, amado y seguido. Y por eso nuestro corazón, el de todos, empezando por el mío, esté inquieto mientras haya una persona que en este sur de Madrid no conoce al Señor”.
Ginés García Beltrán continuó: “Gabriel es la fortaleza de Dios, pero es el que habla en las noticias. Gabriel fue el que se presentó a María y le dio la gran buena noticia. Es el testimonio, el testigo, de la encarnación del Verbo Eterno de Dios en nuestra carne. Por eso nosotros tenemos que ser buena noticia”.
El sacerdote, buena noticia
“Qué importante es que el sacerdote sea buena noticia, incluso como el Padre cuando corrige, pero que sea buena noticia, que lleve a los demás la salvación de Dios, que lleve a los demás la misericordia de Dios”.
Por último, Rafael “es la medicina de Dios, el compañero del camino que nos alumbra cómo curar las heridas. ¿Cuántas heridas? El sacerdote que conoce bastante bien el corazón humano. ¿Cuántas heridas? Y cuánto bien podemos hacer”.
“Queridos seminaristas, estáis en un camino de discernimiento de la voluntad de Dios. Un camino que tenéis que recorrer con alegría, con esperanza, con fe, permaneciendo donde estáis. Como María al pie de la cruz. Un camino que os va a llevar a la aventura preciosa de actuar en la persona de Cristo, de ser otro Cristo”.
Antes de continuar la celebración, ha pedido oraciones por los seminaristas, la santidad de los sacerdotes y la perseverancia de los llamados, “para que cada uno respondamos al Señor con generosidad”.
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