17/11/2025. La parroquia Nuestra Señora de la Asunción de Valdemoro acogió el domingo 16 de noviembre la Eucaristía de clausura de la visita pastoral, presidida por el obispo auxiliar de Getafe, Mons. José María Avendaño, que dirigió a la comunidad un mensaje centrado en la fidelidad, la esperanza y la llamada a la santidad cotidiana.
En su homilía, el auxiliar recordó que toda la vida cristiana debe orientarse a Dios como fuente de todo bien. “El dador de todos los bienes es Dios, la fuente del bien”, destacó subrayando que la verdadera plenitud no se encuentra en satisfacciones pasajeras, sino en la entrega confiada al Señor: “En ti, en este servicio, consiste la felicidad plena y verdadera. No una parte de la felicidad, no un tiempo de felicidad: la felicidad plena y verdadera”.
El obispo centró su reflexión dominical en la perseverancia, en fidelidad al Evangelio proclamado ese día: “Hoy la Palabra de Dios nos habla de la perseverancia. Nos ha dicho el Señor: ‘Con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas’”. En un contexto marcado por el relativismo moral, alertó: “No todo vale”, e invitó a pedir al Señor fortaleza para mantenerse firmes en la fe: “Señor, ayúdanos a ser perseverantes, a ser fieles”.
Recordó también las palabras de Tomás de Kempis en La imitación de Cristo: “Hijo, más quiero la paciencia y la humildad en la adversidad que mucha devoción en la prosperidad”. Y añadió: “Cuando todo va bien, qué buenos somos todos; pero cuando la vida se pone cuesta arriba, ¡cómo nos cuesta la paciencia y la voluntad!”.
Tras agradecer la presencia de fieles, sacerdotes, religiosos, laicos y representantes del municipio, destacó que todo lo vivido durante estos días debía orientarse únicamente a glorificar al Señor: “Que toda nuestra vida sea para gloria de Dios. No para la tuya ni para la mía”.
Compartió algunas de las experiencias de la visita pastoral —encuentros con trabajadores, enfermos, niños, jóvenes, ancianos, hermandades y familias— y subrayó el testimonio luminoso de la comunidad parroquial. Narró emocionado el comentario de un niño tras recibir la Primera Comunión: “Gracias, Señor, porque la parroquia y la Iglesia nos están acercando a darte a ti, Jesucristo”.
También recordó el ejemplo de tantas religiosas que entregaron su vida en Valdemoro: “Mil Hijas de la Caridad reposan en el cementerio. Allí me arrodillé. Cuánta gente buena”.
Dirigiéndose nuevamente a los fieles, subrayó la llamada a vivir con confianza en Dios, incluso en medio de las dificultades: “Tú nos has dicho que ni un cabello de nuestra cabeza perecerá sin tu permiso. Señor, ayúdanos a confiar en ti. Pase lo que pase, siempre con esperanza”.
Y concluyó poniendo a la comunidad bajo la protección de la Virgen: “Ella, Madre de la esperanza, interceda por nosotros. Que pase lo que pase, nada nos quite la esperanza de la salvación”.
Una semana intensa de encuentro pastoral
La Eucaristía puso fin a una semana de visita pastoral que comenzó el domingo 9 de noviembre, presidida en su apertura por el obispo diocesano, Mons. Ginés García Beltrán.
Durante estos días, los obispos, acompañados por el párroco, José Juan Lozano, y los vicarios parroquiales, se encontraron con los distintos grupos de la parroquia, visitaron enfermos en sus hogares y en la residencia, compartieron momentos con los sacerdotes, presidieron celebraciones sacramentales, y acudieron a los centros educativos y a instituciones civiles del municipio.
La comunidad vivió este tiempo como una oportunidad para renovar la fe, fortalecer la comunión y experimentar de cerca la presencia y el acompañamiento de sus pastores.
Una siembra del Evangelio
Al término de la visita, el párroco de La Asunción, José Juan Lozano, ha querido expresar públicamente su agradecimiento: “Con inmensa alegría elevo una acción de gracias al Dios de Jesucristo por la reciente visita pastoral de Mons. Ginés y Mons. José María a nuestra parroquia. Ha sido una verdadera siembra del Evangelio en tantas realidades y personas que conforman nuestro pueblo, y una expresión viva de la belleza de la Iglesia, siempre joven y en camino”.
El sacerdote agradeció también a todos los que participaron y colaboraron y destacó el carácter espiritual y comunitario de estos días: “La visita pastoral ha sido una auténtica gracia de Dios. Días intensos, sí, pero profundamente fructíferos”.
Y concluyó con un deseo para la comunidad: “Pidamos al Señor y a la Virgen María que esta siembra nos traiga frutos de santidad y evangelización para tantos que están a las puertas de la Iglesia, sedientos del Señor”.
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